Estrategias y Modelos de Comprensión Lectora y Comunicación Oral en Educación Primaria

Desarrollo de la Comprensión Lectora y la Comunicación Oral en Educación Primaria

Consecuencias de no desarrollar la capacidad de la lengua

  • No desarrollar la capacidad de la lengua en su totalidad.
  • No ser capaz de redactar adecuadamente otros tipos de textos.
  • No ser capaz de conocer el uso de otros tipos de textos.
  • No ser una persona crítica.

Repercusiones didácticas de las diferentes interpretaciones del concepto «lectura»

Las diferentes interpretaciones de la lectura principalmente tendrán como consecuencia en lo que nos basemos a la hora de trabajarlo. El modelo ascendente se basará en el texto, el descendente en el lector y el interactivo se basa en el uso que hace el lector de sus conocimientos previos para la comprensión del texto como tal.

El modelo interactivo en el aula tiene las siguientes repercusiones:

Tipos de conocimientos para el desarrollo de la comprensión lectora desde el modelo interactivo

Los tipos de conocimientos que deben considerarse en el modelo interactivo son los siguientes:

  • El sistema de escribir.
  • Palabras y frases.
  • Gramática y sintaxis.
  • Texto y comunicación: el mensaje.

Estrategias de poslectura y actividades para su desarrollo

Las estrategias de poslectura que he seleccionado son las siguientes: las estrategias de evaluación y las estrategias específicas.

Las estrategias de evaluación ocurren recursivamente durante todo el proceso, bajo formas como la autointerrogación. Para ello, se me ha ocurrido proponer una actividad en la que, al finalizar cada tema, los alumnos se cuestionen tres preguntas básicas para poder mejorar: ¿Estoy entendiendo bien el texto?, ¿sería capaz de explicar la idea principal del texto a otra persona? y ¿en qué puedo mejorar mi lectura?.

Por otro lado, las estrategias específicas se realizan después de finalizar la comprensión. Como actividad, voy a proponer que una vez hecha la lectura pertinente de un tema, los alumnos deberán sacar las ideas principales del texto y después redactar un resumen. Para poder llevarlo a cabo, es muy importante seguir las cuatro macrorreglas que vimos en clase, las cuales son: supresión, generalización, construcción e integración.

Estrategias de uso durante el proceso lector y actividades para su desarrollo

  • Autorreguladoras: Gracias a ellas, nos ayuda a ir diferenciando aquella información que tiene mayor importancia de la que tiene una importancia secundaria o irrelevante.

    Dos actividades para trabajar en ello serían, por un lado, subrayar las ideas importantes de un texto que se les facilite a los alumnos y, por otro lado, realizar un mapa conceptual con las ideas obtenidas del mismo.

  • Elaboración de inferencias: Consiste en emplear el conocimiento previo para dar contexto y profundidad a la interpretación construida sobre el texto.

    Dos actividades para trabajarlas serían, por un lado, hacer una lectura entre líneas y, por otro lado, realizar un ejercicio que consista en rellenar huecos.

Importancia de determinar el objetivo de la lectura

Determinar el propósito de lectura es fundamental porque determina tanto la forma en que nos dirigimos al texto como la forma de regular y evaluar todo el proceso.

En el contexto escolar hay básicamente cuatro tipos de propósitos:

  1. Leer para encontrar información.
  2. Leer para actuar (seguir instrucciones, realizar procedimientos, etc.).
  3. Leer para demostrar que se ha comprendido un contenido (actividades de evaluación).
  4. Leer comprendiendo para aprender.

La capacidad para saber adaptar el propósito de lectura a las demandas de las tareas que implican comprensión y aprendizaje es un elemento crucial para poder plantear y llevar a cabo actividades de estudio eficaces y desarrollar un nivel apropiado de actividades de supervisión metacognitiva (los menos habilidosos tienen dificultades para comprender distintos objetivos de lectura y/o para adaptarse a los requerimientos de las tareas).

Características principales de la lectura desde los modelos explicativos

  • Modelo ascendente: Se considera que el lector, ante el texto, procesa sus elementos componentes, empezando por las letras, continuando con las palabras, frases… en un proceso ascendente, secuencial y jerárquico que conduce a la comprensión del texto. Las propuestas de enseñanza que se basan en él atribuyen una gran importancia a las habilidades de descodificación, pues consideran que el lector puede comprender el texto porque puede descodificarlo en su totalidad. Un modelo centrado en el texto, y que no puede explicar fenómenos tan corrientes como el hecho de que continuamente inferimos informaciones, el que leamos y nos pasen inadvertidos determinados errores tipográficos, y aun el que podamos comprender un texto sin necesidad de entender en su totalidad cada uno de sus componentes.

  • Modelo descendente: Sostiene todo lo contrario: el lector no procede letra a letra, sino que hace uso de su conocimiento previo y de sus recursos cognitivos para establecer anticipaciones sobre el contenido del texto, y se fija en este para verificarlas. Así, cuanta más información posea un lector sobre el texto que va a leer, menos necesitará “fijarse” en él para construir una interpretación. El proceso de lectura es, pues, también secuencial y jerárquico, pero en este caso descendente: a partir de las hipótesis y anticipaciones previas, el texto es procesado para su verificación. Las propuestas de enseñanza a las que ha dado lugar este modelo han enfatizado el reconocimiento global de palabras en detrimento de las habilidades de descodificación, que en las acepciones más radicales se consideran perniciosas para la lectura eficaz.

  • Modelo interactivo: No se centra exclusivamente en el texto ni en el lector, si bien atribuye gran importancia al uso que este hace de sus conocimientos previos para la comprensión del texto. Cuando el lector se sitúa ante el texto, los elementos que lo componen generan en él expectativas a distintos niveles (el de las letras, las palabras…) de manera que la información que se procesa en cada uno de ellos funciona como input para el nivel siguiente; así, a través de un proceso ascendente, la información se propaga hacia niveles más elevados. Pero simultáneamente, dado que el texto genera también expectativas a nivel semántico, de su significado global, dichas expectativas guían la lectura y buscan su verificación en indicadores de nivel inferior (léxico, sintáctico, grafofónico) a través de un proceso descendente. Así, el lector utiliza simultáneamente su conocimiento del mundo y su conocimiento del texto para construir una interpretación acerca de aquel. Desde el punto de vista de la enseñanza, las propuestas que se basan en esta perspectiva señalan la necesidad de que los alumnos aprendan a procesar el texto y sus distintos elementos, así como las estrategias que harán posible su comprensión.

Actividad para desarrollar estrategias de lectura

Para poder trabajar las estrategias previas, durante e incluso posteriores a la lectura, una buena actividad podría ser la siguiente:

Para empezar, antes de hacer la primera lectura del texto, nos iremos fijando en diversos componentes del mismo. En primer lugar, nos fijaremos en el título con la intención de activar los conocimientos previos que podemos tener en base a la connotación que nos denota. Posteriormente, nos iremos enfocando en otros elementos como pueden ser las grafías, los párrafos y demás para elaborar predicciones y plantearnos preguntas relevantes.

Después de esto y cuando ya estemos inmersos en la lectura y compresión del texto, iremos subrayando las ideas principales o importantes que vayamos encontrándonos y, a su vez, realizaremos un mapa conceptual o esquema para poder lograr una comprensión eficaz.

Importancia de la enseñanza formal y sistemática de la lengua oral en clase

El motivo por el que se considera necesaria es por dos razones:

En primer lugar, está la exigencia de una sociedad actual alfabetizada que exige un nivel de comunicación oral tan alto como de redacción escrita. Esto es, porque hoy en día resulta tan importante la competencia comunicativa tanto escrita como hablada.

En segundo lugar, se han observado deficiencias en el alumnado en relación con el uso de la lengua oral y, por tanto, mediante esta enseñanza se pretenden subsanar.

Diferencia entre el diálogo oral cara a cara y el carácter dialógico de la escritura

La mayor diferencia se encuentra en que el diálogo oral cara a cara se produce normalmente de manera espontánea y, sobre todo, en directo; tanto el emisor como el receptor se encuentran juntos en el mismo espacio y tiempo.

Por otro lado, la escritura se trata de un acto más planificado y, además, se trata de una comunicación de carácter diferido.

Actividades para desarrollar la comunicación oral plurigestionada y monogestionada

  • Plurigestionada: Para poder trabajar un uso de comunicación oral plurigestionada, podría realizarse, entre otras actividades, un debate.

    Para ello, el profesor o profesora propondrá un tema sobre el cual intercambiar opiniones y se dividirá a la clase en dos grupos, según su manera de pensar. Cada uno de los mismos defenderá unas ideas y tendrá que argumentarlas para tratar de convencer a los contrarios.

  • Monogestionada: Por otro lado, para trabajar un uso de la lengua monogestionada, los alumnos realizarán una exposición acerca de un tema que ellos mismos elijan, como puede ser un deporte, un animal que les guste, etc.

    Deberán preparar un discurso o exposición acerca del tema del que quieren hablar que dure aproximadamente 10 minutos. Obviamente, tendrán que realizarlo de manera individual.

Finalidades del uso de la lengua oral en la escuela y sus características

  • Hablar para regular la vida en la escuela: Debemos entenderlo como las relaciones que tienen las personas que son participantes en la escuela, ya sea entre los niños, entre los profesores, entre niño-profesor, con el resto del personal, con las instituciones exteriores… Al igual que en casa, en la calle o en cualquier lugar donde usemos la comunicación oral, deberemos adecuar esta misma al entorno, siendo en este caso un lenguaje más formal en la escuela, y teniendo aquí otro tipo de aprendizaje del habla.

  • Hablar para ‘aprender’ y para ‘aprender a pensar’: Todos los profesores concuerdan en la importancia del uso de la lengua oral dentro del aula, puesto que es obligatorio para poder expresar lo que saben los estudiantes y poder comunicarse entre ellos.

    Vygotsky destacaba la necesidad y obligación de tener una relación e interacción entre las personas, para el aprendizaje y desarrollo conceptual, aprendiendo así a ser persona.

    No debemos olvidar que los textos escritos también empujan al uso de la lengua oral. Al hablar del uso de la lengua, no debemos dejar a un lado el diálogo que nos conlleva a la reflexión sobre cuestiones que tienen repercusión en la formación moral de los estudiantes.

  • Hablar para ‘leer’ y para ‘escribir’: En años pasados, se pensaba que el leer y el escribir eran actividades individuales que después el mismo profesor evaluaría. Pero después de diversas investigaciones acerca de la escritura y la lectura, se ha reconocido la importancia del uso de la comunicación oral para que los estudiantes sean capaces de enfrentarse a la construcción del significado a la hora de desarrollar los textos de escritura y de lectura.

    Además, los textos que hoy en día nos llegan tienen un significado más complejo en el que el lenguaje oral, el lenguaje escrito y la imagen facilitan y ayudan a la elaboración de significados que debemos aprender a producir.

  • Hablar para ‘aprender a hablar’: El uso formal de la lengua oral es cosa de uno mismo. Aprender a presentar un trabajo, a hacer una exposición, a realizar una entrevista… necesita una preparación. Esta preparación de la que hablamos se basa mayormente en el aprendizaje de recursos, en la planificación del trabajo y en el uso de la lengua para dialogar con el profesor y con los colaboradores. Con la planificación de la materia que vamos a desarrollar dentro del aula, podemos decir que el uso de la lengua será tratada para que los propios estudiantes sean capaces de expresarse sin ninguna dificultad. En la planificación nombrada anteriormente, las actividades orales y las de escucha se contrastan mediante el diálogo que se tiene con el profesor y con los demás estudiantes, porque al fin y al cabo el uso de la lengua oral se usa para interiorizar cómo elaborar un discurso/diálogo con mayor complejidad.

    Nos gustaría decir que hay un aspecto del lenguaje que es fundamental y de gran importancia en el desarrollo verbal de cualquier estudiante: el lenguaje literario oral. Dentro de este aspecto, situamos actividades como la lectura oral, la narración oral, representaciones teatrales… Cuando estamos trabajando con estudiantes de menor edad, este acercamiento a la lengua oral se realiza mediante las canciones, los cuentos… Las funciones educativas de dicha literatura son diversas. Por un lado, el cuento, por ejemplo, trae a la mente de los niños mundos de fantasía a través de la lengua, lo que contribuye a la estructuración de diversos esquemas mentales en la cabeza de ellos.

    Esta manera de trabajo hacia el lenguaje oral, con la partida de unos claros objetivos, nos lleva a una planificación que hace posible el desarrollo de habilidades que se proponen para el aprendizaje de la lengua oral. A veces, los objetivos y habilidades son compartidos con los alumnos, por lo que tendremos que aclarar la forma verbal en la que dichos objetivos y habilidades se llevarán a cabo; otras veces, serán ilícitos. En cualquiera de las dos veces, debemos promover el aula como zona de colaboración y de trabajo, en la que la participación de todos y cada uno de los participantes es fundamental, lo que conlleva al aprendizaje de los objetivos propuestos, mediante ejercicios verbales, bien sean escritos y/u orales.

Rasgos esenciales del concepto de evaluación actual

Hoy en día, la evaluación empieza a cobrar más importancia y engloba mucho más que hace unos años.

Por una parte, se está empezando a enseñar a los niños a autoevaluarse, a fijarse en sus puntos fuertes y en los más débiles, para así, aprender a mejorar.

Además, también empieza a tomar un punto de importancia diferente a la que se conocía hasta ahora. Antes la evaluación era simplemente conocida porque se basaba en poner una calificación al resultado, sin ir más allá del proceso. Por el contrario, ahora la evaluación se realiza en diferentes fases (inicio, desarrollo y final) con el fin de ir adaptando la situación a los resultados que se van obteniendo para poder mejorar los déficits que puedan aparecer.

En consecuencia, los rasgos que podemos destacar sobre el concepto de evaluación de hoy en día son que se trata de un proceso, mediante el que se trata de conseguir una mejora y, además, sirve para poder realizar adaptaciones con el fin de ajustarse a las necesidades pertinentes.

Implicaciones de la «evaluación como eje del aprendizaje» en el aula

Las implicaciones que encontramos en el aula en base a la evaluación es que esta es un concepto que va más allá de la mera calificación.

El alumno debe conocer el sistema de evaluación desde el principio del curso para saber claramente cómo va a llevarse a cabo este proceso, para tener claros los criterios que debe cumplimentar y para conocer, en definitiva, cómo va a ser su proceso de evaluación.

Esto, entre otras cosas, implica que debemos enseñar a los alumnos a autoevaluarse, a evaluar a sus compañeros y a trabajar en la mejora de las críticas que se pueden sacar de estas.

Técnicas o instrumentos para los diferentes tipos de evaluación

  • Diagnóstica: La evaluación diagnóstica es la que se realiza al principio, en la que podemos medir los conocimientos previos que tienen nuestros alumnos y, por tanto, un buen instrumento podría ser un pequeño test para conocer el nivel de cada uno.

    Antes de empezar el tema, estaría bien que el profesor o profesora preparara entre cinco y diez preguntas generales acerca del tema y las expusiera a los estudiantes, para posteriormente recoger las respuestas y tener una idea de lo que cada alumno es conocedor antes de empezar con la materia.

  • Formativa: La evaluación formativa es la que se realiza durante el proceso, en la que se pueden medir los conocimientos que van adquiriendo los alumnos a medida que nos adentramos en la materia. En este caso, para ir midiendo el progreso, sería una buena opción realizar, por ejemplo, una presentación en la que se expongan las ideas principales de lo que se ha dado hasta el momento.

    A medida que avanzan las clases y los alumnos ya van siendo más conocedores del tema, sería una buena manera de ir observando lo que van aprendiendo el pedirles que realicen una exposición de las ideas principales que consideran han aprendido hasta ahora. De esta manera, podemos apreciar cómo van desarrollando sus conocimientos los alumnos y si debemos adaptar la manera de explicar porque igual no es lo suficientemente clara o si debemos continuar de la misma manera porque vemos que va bien.

  • Sumativa: La evaluación sumativa es la que se realiza al final del proceso. Aquí, podemos medir tanto los resultados y calificaciones obtenidos como el grado de logro de los objetivos. Esta vez, podríamos realizar un proyecto final o, como segunda opción, un examen o reflexión final donde se recoja lo aprendido.

    Al terminar un tema, unidad o trimestre, lo idóneo sería que, tanto por grupos como individualmente, según cómo se organizara, se realizara un proyecto final en el que los alumnos recojan lo aprendido hasta el momento y sean capaces de hacer una exposición en la que lo expliquen a sus compañeros.

    Siendo conscientes de que no siempre puede realizarse esto en base a los contenidos que concierne, otra opción sería realizar una reflexión o examen final que englobara los aspectos que se quieren evaluar.

  • Autoevaluación y heteroevaluación: En todo momento, sería importante que los alumnos se vayan evaluando a sí mismos e incluso, en caso de trabajar en grupo, evaluaran a sus compañeros.

    De esta manera, ellos mismos podrán ser capaces de juzgarse y mejorar mediante las críticas constructivas que puedan obtener con esta técnica. Puede realizarse mediante cuestionarios en los que puntúen del uno al cinco en base al nivel de acuerdo con el ítem que se les presente.