Estudio retroprospectivo

Durkheim analizó el problema de la moralidad común de diferentes maneras y mediante diversos conceptos. En sus primeros esfuerzos para analizar esta cuestión desarrollo la idea de la conciencia colectiva, así descrita en La división del trabajo social, de donde procede este texto. Dado nuestro interés en la conciencia colectiva como ejemplo de hecho social inmaterial, encontramos en esta definición varios puntos que merecen serán analizados. Primero, es evidente que, cuando Durkheim hablaba del «conjunto»de creencias y sentimientos comunes, hacía referencia a la conciencia colectiva de una sociedad dada. Segundo, Durkheim concebía claramente la conciencia colectiva como un sistema cultural independiente. Durkheim no concebiera la conciencia colectiva como totalmente independiente de la conciencia individual.El concepto de conciencia colectiva nos permite volver al análisis de Durkheim, desarrollado en La división del trabajo social, de los hechos sociales materiales y de su relación con los cambios que se producen en la moralidad común. La conciencia colectiva es mucho menos importante en una sociedad con solidaridad orgánica que en otra con solidaridad mecánica. Es más probable que los miembros de la sociedad moderna se mantengan unidos mediante la división del trabajo y la consiguiente necesidad de que otros realicen ciertas funciones, que mediante una poderosa conciencia colectiva común. Giddens realizó un esfuerzo valioso al señalar que la conciencia colectiva en los dos tipos de sociedad difiere en cuatro dimensiones: volumen, intensidad, rigidez y contenido. El volumen se refiere a la cantidad de gente que comparte una misma conciencia colectiva; la intensidad, al grado en que la sienten; la rigidez, a su nivel de definición; y el contenido, a la forma que adopta la conciencia colectiva en los dos tipos polares de sociedad.En una sociedad con solidaridad orgánica la conciencia colectiva es menor y la comparte una cantidad de gente inferior; se percibe con menor intensidad, no es demasiado rígida y su contenido queda bien definido por la expresión «individualismo moral» o, lo que es lo mismo, por que la importancia del individuo se convierte en un precepto moral.


Las corrientes sociales Durkheim las definíó como hechos sociales inmateriales «que son igualmente objetivas e influyen en igual grado sobre el individuo».  En El suicidio, Durkheim demostró que los hechos sociales, y en particular las corrientes sociales, son externas y coercitivas para el individuo. Eligió el suicidio porque era un fenómeno relativamente concreto y específico; dispónía de datos relativamente fiables sobre éste fenómeno.Durkheim creía que si lograba demostrar que la sociología podía explicar un acto tan supuestamente individualista como el suicidio, sería relativamente fácil extender su dominio a otros fenómenos más abiertos al análisis sociológico. 

Como sociólogo, a Durkheim no le interesaba estudiar por qué un individuo particular se suicidaba. Esta tarea correspondía al psicólogo. Lo que a él le preocupaba era explicar las diferentes tasas de suicidio, es decir, por qué un grupo tenía una tasa de suicidio más alta que otro. Durkheim tendía a suponer que los factores biológicos, psicológicos y sociopsicológicos eran esencialmente constantes en los diferentes grupos y en distintos periodos de tiempo. Si las tasas de suicidio variaban entre los grupos y periodos de tiempo distintos se debía, pensaba Durkheim, a variaciones en los factores sociológicos, en particular las corrientes sociales.

Comenzó su estudio presentando una serie de ideas alternativas sobre las causas de suicidio. Entre ellas figuraban la psicopatología individual, la raza, la herencia y el clima. Aunque Durkheim se sirvió de una abundante cantidad de hechos para rechazar cada una de estas ideas alternativas como explicaciones de las diferentes tasas de suicidio, el argumento que más desarrolló, y el más coherente con su perspectiva general, se centraba en la importancia de los factores raciales para explicar las variaciones. Una de las razones por las que rechazó la raza era que las tasas de suicidio variaban entre los grupos dentro de una misma raza. Si la raza fuese una causa relevante de la variación de las tasas de suicidio, habría tenido una incidencia similar en los diversos subgrupos. 

Durkheim además estudió y rechazó la teoría de la imitación asociada al psicólogo social francés Gabriel. La teoría de la imitación defiende que las personas se suicidan debido a que imitan las acciones de otros que han cometido el mismo acto.

Durkheim razonaba que si la imitación fuese verdaderamente importante, advertiríamos que las naciones vecinas de un país con una alta tasa de suicidio

tendrían también altas tasas de suicidio. Reconocía que algunos suicidios individuales podían deberse a la imitación, pero afirmaba que constituía un factor tan pequeño que no influía significativamente en la tasa general de suicidio. Por último, rechazaba la imitación como factor relevante debido a su idea de que sólo un hecho social podía ser la causa de otro hecho social.

Un modo de estudiar el suicidio era comparar las diferentes sociedades o tipos diversos de colectividades. Por otro lado, Durkheim afirmó que las diferencias en la conciencia colectiva producían diferencias en las corrientes sociales que, a su vez, conducían a diferentes tasas de suicidio. Durkheim se exprésó con mucha claridad acerca del importante papel que desempeñaban las corrientes sociales en la etiología del suicidio presente en este texto.


Durkheim además estudió y rechazó la teoría de la imitación asociada al psicólogo social francés Gabriel. La teoría de la imitación defiende que las personas se suicidan debido a que imitan las acciones de otros que han cometido el mismo acto.

Durkheim razonaba que si la imitación fuese verdaderamente importante, advertiríamos que las naciones vecinas de un país con una alta tasa de suicidio

tendrían también altas tasas de suicidio. Reconocía que algunos suicidios individuales podían deberse a la imitación, pero afirmaba que constituía un factor tan pequeño que no influía significativamente en la tasa general de suicidio. Por último, rechazaba la imitación como factor relevante debido a su idea de que sólo un hecho social podía ser la causa de otro hecho social.

Un modo de estudiar el suicidio era comparar las diferentes sociedades o tipos diversos de colectividades. Por otro lado, Durkheim afirmó que las diferencias en la conciencia colectiva producían diferencias en las corrientes sociales que, a su vez, conducían a diferentes tasas de suicidio. Durkheim se exprésó con mucha claridad acerca del importante papel que desempeñaban las corrientes sociales en la etiología del suicidio presente en este texto.