Las Propiedades Fundamentales del Lenguaje Humano

Propiedades Simbólicas del Lenguaje Humano

Semanticidad

Se refiere a la relación que se establece entre un signo y el contenido representado por dicho signo. El vínculo entre ambos ha de ser fijo, sistemático y constante, si bien se producen variantes. En el lenguaje humano, los signos evocan la representación mental de las entidades o acontecimientos a que se refieren.

Todos los conceptos sin expresión semántica pertenecen al silencio verbal, es decir, no tenemos la capacidad conceptual de remitir a ellos mediante la palabra.

Arbitrariedad (o carácter convencional)

No existe ninguna relación ni conexión natural entre la representación mental de un signo y su imagen acústica o gráfica. De esta forma, podemos afirmar que las señales empleadas por las lenguas humanas para comunicarse se categorizan como símbolos.

Como veremos más adelante, el silencio puede desempeñar las funciones de significante y significado.

Propiedades Estructurales del Lenguaje Humano

Doble Articulación

Dentro de cada lengua existe un número limitado de unidades básicas sin significado —los fonemas— que se pueden unir mediante infinitas combinaciones dando lugar a unidades mayores con significado. Por consiguiente, la primera articulación se produce en los fonemas, y la segunda articulación en las posibles combinaciones que estos producen.

Es decir, con un número limitado de unidades sonoras discretas podemos crear un número potencialmente infinito de expresiones.

El silencio es el elemento no marcado del lenguaje. Lo que no se articula fonéticamente forma parte del silencio verbal.

Productividad

El repertorio gramatical de cada lengua permite la construcción potencialmente infinita de estructuras lingüísticas de diversa longitud y complejidad. Asimismo, las lenguas permiten la construcción y derivación de nuevas estructuras semánticas, las cuales pasarán a formar parte del catálogo léxico de dicha lengua.

Es decir, la capacidad productiva de las lenguas a través de un inventario gramatical limitado es infinita.

El silencio, en su improductividad, puede ser a su vez una forma de producción no productiva, es decir, el silencio se puede emplear como elemento significativo de la no productividad.

Propiedades Inherentes del Lenguaje Humano

Especialización

Los órganos empleados en la producción verbal del lenguaje, si bien desempeñan otras funciones, están especializados para la realización lingüística tanto en la producción como en la recepción de señales.

Como hemos afirmado en el punto 7), el silencio no requiere ser producido ya que es el medio en el que se produce la comunicación y, por consiguiente, no existe ningún órgano especializado en su producción.

Desplazamiento

Con el lenguaje somos capaces de referirnos a conceptos y sucesos distantes en el espacio-tiempo. En consecuencia, podemos comunicarnos sobre elementos que no están presentes ni temporal ni espacialmente.

El silencio implica un aquí y ahora, por lo que en él no puede existir desplazamiento espacio-temporal.

Propiedades Relativas a los Participantes del Lenguaje Humano

Intercambio de Roles

Los usuarios de una lengua pueden ser de forma indistinta emisores o receptores de signos lingüísticos. Así, en un mismo usuario, estos papeles son reversibles e intercambiables.

El silencio sirve en este caso de elemento facilitador y organizador de los turnos de emisión y recepción.

Retroalimentación Total

Cada emisor es a su vez receptor de su propia emisión. Por consiguiente, el emisor controla en todo momento lo que emite.

El silencio se manifiesta en este sentido en forma de pausa, lo que permite al emisor modificar o corregir el sentido de su emisión.

Transmisión Cultural

El desarrollo del lenguaje, además de estar posibilitado por unos condicionantes fisiológicos que se transmiten a través de nuestro código genético, también requiere que se materialice en un entorno sociocultural comunitario.

Es decir, el lenguaje solo se desarrolla si el individuo desde su infancia está expuesto al uso de una lengua, dado que el carácter simbólico del lenguaje obliga a aprender la relación entre las señales y los significados de las mismas. Si este aprendizaje no se realiza durante la etapa natural de adquisición de una lengua, el lenguaje apenas se desarrollará.

El silencio, en tanto que signo lingüístico, tiene un componente cultural puesto que no todas las sociedades lo interpretan con las mismas significaciones.

De entre todas estas propiedades, las únicas que son exclusivas del lenguaje humano son la Doble Articulación, la Productividad y el Desplazamiento. Estas características de nuestro lenguaje son las que nos hacen especiales respecto a los demás seres vivos en cuanto a capacidades comunicativas se refiere.