Perspectivas Criminológicas sobre Subculturas Delictivas Juveniles

Teorías de las Subculturas Delictivas

Siguiendo a GARCÍA-PABLOS1, vamos a incluir dentro de este tema diversos apartados.

7.1 Orígenes y Delimitación del Concepto de Subcultura

El concepto de Subcultura nace en la Sociología Criminal para explicar la conducta desviada de ciertas minorías, concretamente la criminalidad juvenil dentro de las clases más deprimidas, organizadas en bandas; carece, pues, de pretensiones generalizadoras. El concepto de subcultura presupone la existencia de una sociedad plural, con diversos sistemas de valores “divergentes” en torno a los cuales se organizan los grupos desviados. Implica la necesidad de examinar desde dentro el mundo de estas minorías, desde la óptica de los propios desviados, contemplando el delito como una opción colectiva, de grupo. Y en el caso de la delincuencia juvenil, como una decisión simbólica de rebeldía hacia los valores oficiales de las clases medias, muy distinta de la actitud “racional” y “utilitaria” de la criminalidad de los adultos. Estas son unas premisas difíciles de asumir por las teorías de la anomia.

Los principales postulados o caracteres definitorios de las denominadas Teorías Subculturales son, por tanto:

  1. Carácter pluralista y atomizado del orden social: El cuerpo social está integrado por multitud de grupos y subgrupos diferenciados entre sí, que presentan un mosaico social fragmentado y conflictivo y sus propios códigos comportamentales, morales y escalas de valores.
  2. Las Subculturas están integradas por grupos humanos con rasgos diferenciales respecto a la sociedad oficial o convencional.
  3. Cobertura normativa de la conducta desviada: La conducta delictiva no es producto de la desintegración moral, desorganización personal o de la ausencia de valores, sino reflejo de otro sistema normativo y ético, al que se denomina Subcultural (existen escalas de valores, conductas y códigos morales que legitiman la conducta antisocial, por ej., los códigos de la mafia italiana, la omertá (ley del silencio) entre los presos y delincuentes profesionales, las luchas territoriales entre bandas rivales, etc.).
  4. Existen semejanzas estructurales en la génesis (etiología) de las conductas regulares e irregulares.
  5. Las Teorías Subculturales se apartan de las Teorías Ecológicas y de las de la Anomia, por cuanto no les interesa tanto la estructura ambiental del delito ni la estructura interna de las bandas (Teorías Ecológicas), como su origen o etiología, estrechamente ligado al problema de la estratificación social. Así pues, el delito no es consecuencia de la desorganización social, ni de la carencia de valores o vacío normativo (Teorías de la Anomia), sino de una organización social desigual y de la existencia, entre los distintos subgrupos que —al margen de los mayoritarios— también componen el cuerpo social, de unos códigos éticos y valores propios y diferentes a los de la “sociedad oficial”.
  6. El código axiológico, ético, comportamental o normativo de las distintas subculturas cuenta con una cierta autonomía, si bien no llega a independizarse por completo de la cultura dominante.
  7. Las Subculturas y los distintos grupos humanos que las integran cuentan con una organización interna que regula las diversas relaciones entre sus miembros.
  8. Las Subculturas son, en última instancia, la respuesta o mecanismo de superación de la frustración de determinados colectivos marginados para la obtención de los objetivos culturales y convencionales de las clases dominantes. Son, pues, un producto del limitado acceso de las clases bajas a los objetivos y metas culturales imperantes, ofreciendo, a través de la subcultura, instrumentos que proporcionan a sus miembros la obtención del éxito mediante fórmulas alternativas (el delito).

La subcultura surge en un modelo de sociedad plural y heterogéneo. El proceso de interacción con otras personas que padecen semejantes problemas de adaptación social genera un sentimiento de solidaridad de grupo. La participación en la subcultura aporta así a sus miembros el estatus que les niega la sociedad mayoritaria. Es, por ello, un mecanismo sustitutivo de participación social, una “minisociedad” de recambio para ciertas minorías que, gracias a una estructura organizativa y un singular cuadro de valores, obtienen de su integración en la subcultura el necesario sentimiento de pertenencia e identidad respecto al grupo, de camaradería, apoyo, estima y reconocimiento.

7.2 Principales Enfoques Subculturales: Teoría Subcultural y la Teoría de la Oportunidad Diferencial

El concepto de subcultura fue utilizado por primera vez en la sociología por A. M. LEE. Su posterior recepción por la sociología criminal se debió, sin duda, al hecho de que los estudiosos de la delincuencia juvenil durante los años cincuenta vieron en él un instrumento útil para analizar y describir una de sus características más llamativas: la tendencia de los jóvenes a organizarse en bandas. Las investigaciones de los penitenciaristas sobre el mundo de las prisiones (subculturas carcelarias) propiciaron el éxito de este concepto, hasta entonces infrautilizado por las Teorías de la Anomia y la Escuela de Chicago.

a) La aportación de KOBRIN

En 1951, KOBRIN, preocupado por el problema de la delincuencia juvenil de Chicago, observó que en las áreas de más elevadas tasas de criminalidad existía un auténtico dualismo de valores o normas: los de la sociedad oficial y los de ciertas minorías. A su juicio, las subculturas criminales se originan en una situación de hostilidad de grupo. Son, en definitiva, una expresión colectiva de las adaptaciones del individuo a las necesidades defensivas del yo. El conflicto cultural generado en esta situación se reflejaría psicológicamente en la interiorización por el delincuente de una actitud valorativa ambivalente, dualista, que acreditaría, por ejemplo, su destructividad agresiva.

b) La teoría subcultural de COHEN

COHEN, quien fue director de centros penitenciarios de menores delincuentes, centró sus estudios en la delincuencia juvenil proveniente de los grupos de mayor marginalidad social. Concluyó que las áreas delincuenciales o zonas donde se concentra la criminalidad no son ámbitos desorganizados carentes de normas de comportamiento y de controles sociales, sino que, por el contrario, en esas “zonas o territorios” están vigentes unas normas, códigos y valores diferentes a los “oficiales” o generalmente aceptados, y se encuentran en estado de funcionamiento y constante evolución. Según Cohen, esta subcultura es:

  1. Una Subcultura Gratuita, no utilitaria, ya que los propios actos criminales de los delincuentes juveniles no persiguen directamente la obtención de un beneficio económico, sino la confrontación y ruptura de las normas sociales imperantes.
  2. Una Subcultura Maliciosa, por cuanto la satisfacción delincuencial deriva, precisamente, de la inconformidad de los “otros”, del rechazo social que generan.
  3. A su vez, una Subcultura Negativa y Destructiva, porque se enorgullece de hacer aquello que se considera incorrecto según los estándares morales y códigos éticos de la clase media imperante.
  4. Una actitud valorativa ambivalente, cuando menos respecto a las normas de la cultura oficial. Es una Subcultura de Hedonismo inmediato, toda vez que la misma produce una satisfacción inmediata frente a la postergación del placer, típica de la clase media.

Afirma COHEN que las “clases medias” ponen especial énfasis en la movilidad social, en la responsabilidad individual, en el respeto a la propiedad, en el ahorro y en la postergación del placer; por el contrario, las clases sociales “bajas”, que tratan de seguir estos patrones de conducta, carecen de las técnicas socializadoras necesarias para alcanzarlos.

COHEN distinguirá tres modalidades de respuesta al conflicto:

  1. La adaptación: Los jóvenes que modulan respuestas adaptativas ante el conflicto son denominados collage boy. Son los que adoptan la vía de la adaptación y asunción de los valores culturales y sociales de la clase media, a pesar de las insalvables carencias escolares, familiares, sociales, económicas e incluso lingüísticas (por ej., gitanas o inmigrantes estudiantes).
  2. La Transacción o el Pacto: Los jóvenes que optan ante el conflicto por la transacción o el pacto se denominan por el autor corner boy. Representan al grupo de respuestas más común; no rompen frontal y radicalmente con la sociedad oficial, sino que pactan y conviven con ella (tribus urbanas, piercing, tatuajes, ropas estrafalarias, llamativos peinados, etc.).
  3. La Rebelión: Son jóvenes que resuelven la frustración enfrentándose de forma frontal y abierta a los valores convencionales de la clase media. Son denominados delinquent boy; no aceptan la adaptación, el cambio ni ningún tipo de ambigüedad como respuesta.

c) La Teoría de la Oportunidad Diferencial de CLOWARD y OHLIN

Otra teoría que nace al calor del Modelo Subcultural de COHEN es la denominada Teoría de la Oportunidad Diferencial de CLOWARD y OHLIN, que integra el pensamiento de MERTON, el enfoque de la Escuela de Chicago y la Teoría de la Asociación Diferencial. Partieron del concepto utilitario del delito: el crimen persigue un fin económico o lucrativo.

Para estos autores, el origen de la conducta desviada depende no de variables como la edad o el sexo, sino del tipo de ambiente social en que tiene lugar: de la efectiva organización social del slum y del mayor o menor número de oportunidades que este depare a sus miembros. Si el área ecológica en la que vive un individuo le proporciona la oportunidad de éxito personal a través de actividades relacionadas con el crimen (ej.: robo, crimen organizado, etc.), sin duda alguna hará uso de tales oportunidades ilegítimas para obtener provecho económico. Se asociará con otros jóvenes del entorno y formará una banda.

Establecieron estos autores la existencia de tres tipos de slum (subculturas):

  1. La Subcultura Criminal, que nace en los slums integrados, donde existe una criminalidad adulta, estratificada jerárquicamente según la edad y con estrechos vínculos con la organización convencional de su entorno. La Subcultura Criminal presenta una estructura organizada y estable de oportunidades delictivas. Esta Subcultura cumple tres funciones básicas:

    • Hace posible el necesario aprendizaje y especialización de los jóvenes delincuentes o iniciados en el mundo criminal.
    • Crea un marco efectivo de oportunidades, ofreciendo a sus integrantes vías alternativas para conseguir sus objetivos con éxito. Aseguran a sus miembros el desarrollo de una auténtica “carrera profesional”.
    • Articula un mecanismo de control sobre el comportamiento de sus integrantes, limitando con ello el empleo de medios que podrían poner innecesariamente en peligro su propio beneficio (violencia irracional o comportamientos compulsivos, drogadicción, etc.).
  2. La Subcultura Conflictiva o del Conflicto, propia de slums desorganizados e inestables de oportunidades delictivas, donde la movilidad social y demográfica es muy elevada, existiendo una alta tasa de precariedad en todos los ámbitos de la vida (socioeconómico, sociocultural, sociolaboral, sanitario, etc.), por lo que falta una estructura estable de oportunidades ilegales (estructura estable de oportunidades delincuenciales que sí se produce en la Subcultura Criminal, donde se han superado las situaciones carenciales, propias de la subcultura del conflicto). En consecuencia, la criminalidad es dentro de este slum o Subcultura marcadamente individualista, poco remunerativa y sin coberturas (al contrario que en el Slum Criminal donde la criminalidad es colectiva, altamente lucrativa y con una poderosa estructura de apoyo basada en la pertenencia al grupo).
  3. La Subcultura Evasiva o Abstencionista, que agrupa a jóvenes que no han conseguido el éxito codiciado, ni siquiera a través de procedimientos ilícitos; es, pues, un slum producto de un doble fracaso.

7.3 Críticas a los modelos de COHEN, CLOWARD y OHLIN: Evolución de las teorías subculturales en la década de los sesenta

Las Teorías Subculturales surgieron en EE. UU. a lo largo de la década de los cuarenta. Su principal objeto de estudio se centró en la delincuencia juvenil organizada en bandas y, si bien sus conclusiones han sido muy valiosas para el saber criminológico, no aportan, por el contrario, una visión general de la criminalidad, al estar exclusivamente centradas en la delincuencia juvenil.

a) La concepción subcultural de COHEN fue objeto de tres críticas.

b) La Teoría de la Oportunidad Diferencial de CLOWARD y OHLIN ha sido también cuestionada desde diversos puntos de vista.

Desde el punto de vista metodológico, el modelo subcultural, aun cuando certero en sus conclusiones respecto a la delincuencia juvenil, está basado más en elucubraciones que en estudios empíricos o muestreos de campo, sin obviar que, además, sus investigaciones se centran tan solo en población juvenil ya delincuente.