Planificación Social Estratégica: Conceptos Clave y Aplicación Práctica
Fundamentos de la Planificación Social
La planificación es un proceso que remite a la acción de fijar cursos de acción con el propósito de alcanzar determinados objetivos. Implica la capacidad de crear alternativas donde no las había, de innovar, y para ello, es fundamental conocer a fondo la realidad sobre la que se va a actuar.
¿Qué es Planificar?
Planificar es el proceso de organizar y estructurar acciones con anticipación para alcanzar un objetivo específico. Implica definir metas, establecer pasos o estrategias para lograrlas, asignar recursos y prever posibles obstáculos. Ander Egg la define como la acción de establecer pasos para adelantarse a los obstáculos que puedan surgir.
En términos generales, la planificación puede aplicarse en diversas áreas como:
- Personal: Organizar actividades diarias, metas de vida o finanzas.
- Empresarial: Establecer estrategias para el crecimiento y éxito de una empresa.
- Académica: Organizar el estudio y preparación para exámenes o proyectos.
- Eventos: Coordinar fechas, recursos y logística para una actividad.
La planificación ayuda a optimizar el tiempo, reducir riesgos y disminuir el margen de incertidumbre en cualquier tarea o proyecto.
La Planificación Social: Definición y Características
La planificación social es un proceso mediante el cual se diseñan y organizan estrategias para mejorar el bienestar de una sociedad. Su objetivo principal es promover el desarrollo social, reducir desigualdades y satisfacer las necesidades de la población mediante la implementación de políticas, programas y proyectos.
Características de la Planificación Social:
- Orientada al bien común: Busca mejorar la calidad de vida de la comunidad.
- Participativa: Involucra a diferentes actores como el gobierno, organizaciones sociales y la ciudadanía.
- Basada en datos y diagnósticos: Se apoya en estudios y análisis para identificar problemas y oportunidades.
- Sostenible: Considera soluciones a largo plazo que beneficien a futuras generaciones.
La planificación social implica una racionalidad en función del uso de recursos escasos y la selección de alternativas que se traduce en el desarrollo de políticas y programas a través de un conjunto de actividades tendientes a garantizar el logro de las finalidades propuestas.
Un marco de referencia direccional proporciona un horizonte orientador y predetermina un conjunto de acciones y criterios. La clave es el conocimiento de la realidad sobre la que se va a actuar, expresada en un diagnóstico de situación.
La planificación busca reducir los márgenes de incertidumbre y fijar un rumbo. Es una forma de estructurar y organizar una decisión política para lograr diseñar y decidir determinados planes y programas que buscan el bienestar común. El bien común implica un consenso social sobre la existencia de un problema y la necesidad de solucionarlo, articulando soluciones que involucren diversas visiones políticas y personales, y que sean sostenibles a corto y largo plazo.
Elementos Clave de la Planificación como Procedimiento:
Para trabajar en un proyecto, es esencial realizar un diagnóstico de la situación de la realidad y conocer la problemática desde donde se quiere actuar.
Elementos que Caracterizan la Planificación:
- Proceso Continuo y Unitario: La planificación es una actividad continua que no termina con la formulación de un plan, sino que implica un reajuste permanente entre actividades, estrategias y procedimientos. Esto permite incidir sobre la realidad, considerando a los diferentes actores sociales y factores contingentes que actúan e inciden en el mismo escenario donde se desarrolla el plan o programa.
- Preparatorio de Decisiones: Es un proceso preparatorio de un conjunto de decisiones que deben ser formuladas por los responsables de elaborar el plan o programa (un equipo técnico o técnicos y beneficiarios). Estas decisiones deben ser aprobadas por quienes tienen el poder político. La planificación y la ejecución son procesos distintos pero interrelacionados.
- Forma de Tomar Decisiones y Formular Políticas: La planificación es una forma de tomar decisiones para la acción y formular políticas. Es una actividad con una intencionalidad eminentemente práctica. Supone una relación entre lo decidido (programado), lo realizado (ejecutado) y los resultados obtenidos. Al mismo tiempo, proporciona normas y pautas para la toma de decisiones coherentes, compatibles e integradas.
Ejemplos de Planificación Social:
- Políticas de educación y salud pública.
- Programas de vivienda para sectores vulnerables.
- Estrategias para la reducción de la pobreza y la inclusión social.
- Planes de urbanización y desarrollo sostenible.
Fases del Procedimiento de Planificación:
- Diagnóstico: Determinar la naturaleza y magnitud, tendencia histórica, dinámicas.
- Formulación: Imagen objetivo, estrategias (objetivos y metas), políticas (líneas e instrumentos), programación (diseñar acciones prácticas).
- Ejecución: Puesta en práctica, control y seguimiento.
- Evaluación: Cómo y cuánto se cumple lo propuesto. Es un proceso continuo.
- Ajuste: Incorporar medidas necesarias.
La planificación en general es un proceso técnico-político, lo que significa que un grupo de técnicos realiza los diagnósticos, pero las ideas políticas subyacentes al proyecto a llevar a cabo son cruciales.
Alcances de la Planificación:
- Sincrónico: Ubicación espacial, geográfico.
- Global: Abarca un ámbito amplio.
- Sectorial: Se enfoca en sectores de población (ej. programas de reinserción).
- Espacial: Se refiere a lo geográfico (ej. plan para fuentes de trabajo en una industria específica).
- Institucional: Directamente de una institución (ej. cómo se organizará una entidad en relación a un servicio).
- Diacrónico: Temporal (corto plazo, mediano y largo plazo).
Niveles Operativos de la Planificación:
Es fundamental distinguir entre cada uno de estos niveles, aunque en la práctica pueden mezclarse o tomar dimensiones mayores.
- Plan: Nivel más general y abarcador. Establece las grandes líneas políticas, los objetivos generales a largo plazo y las prioridades globales de una organización, sector o gobierno. Es una visión de futuro deseado, generalmente a mediano y largo plazo. Define intenciones políticas y propósitos macro. Los planes suelen trascender el mandato de un gobierno.
- Programa: Nivel intermedio. Es un conjunto organizado, coherente e integrado de proyectos y actividades que comparten un objetivo común y contribuyen a alcanzar los objetivos de un plan más amplio. Operacionaliza las grandes líneas de un plan, generalmente a mediano plazo. Especifica objetivos más concretos, define una población objetivo y asigna recursos generales.
- Proyecto: Nivel más específico y concreto. Es un conjunto de actividades interrelacionadas y coordinadas, con un principio y un fin definidos, diseñadas para lograr un objetivo específico y producir resultados concretos. Son las unidades básicas de acción dentro de un programa, generalmente a corto y mediano plazo. Detalla acciones específicas, recursos exactos, cronograma, responsables e indicadores de logro.
Puede suceder que estos tres niveles se mezclen, por ejemplo, algo que comienza como un plan y termina como un programa, o que el plazo sea más relativo. También puede ocurrir que algo se denomine ‘plan’ por la institución que lo realiza, pero al analizarlo, sea en realidad un programa.
El Diagnóstico Social en la Planificación
¿Qué es el Diagnóstico Social?
Es un proceso sistemático, participativo y situado que permite conocer e interpretar una realidad social para orientar decisiones en proyectos, programas o políticas. No se trata solo de recolectar datos, sino de comprender dinámicas sociales complejas y generar conocimiento útil para intervenir.
¿Para qué Sirve el Diagnóstico Social?
- Identificar problemas, necesidades, recursos y actores.
- Fundamentar objetivos y estrategias de intervención.
- Reconocer oportunidades y riesgos del contexto.
- Garantizar la relevancia y pertinencia de las acciones.
- Promover la participación social y la apropiación comunitaria.
Componentes del Diagnóstico Social:
- Contexto: Análisis del entorno socioeconómico, político, cultural e institucional.
- Problemas y Necesidades: Detección de situaciones críticas, demandas y brechas.
- Actores Sociales: Mapeo de personas, instituciones, grupos relevantes.
- Recursos y Potencialidades: Identificación de capacidades, redes, saberes locales.
- Hipótesis de Intervención: Primeras ideas sobre causas y posibles líneas de acción.
El diagnóstico social es una herramienta metodológica central en los procesos de planificación y gestión, que permite producir conocimiento sobre una realidad social determinada y orientar la toma de decisiones en la intervención.
Se trata de un proceso que combina análisis técnico, lectura política del contexto y participación de los actores involucrados con el fin de identificar y comprender los problemas, necesidades, capacidades y oportunidades de un territorio, comunidad o población. El diagnóstico se diferencia de una simple recopilación de datos; el diagnóstico social implica un enfoque interpretativo y crítico. Esto significa que no solo describe hechos o indicadores, sino que busca comprender las relaciones sociales, los procesos históricos, las dinámicas de poder y los factores estructurales que inciden en una determinada situación.
Función Estratégica del Diagnóstico en la Planificación:
Desde el enfoque de la planificación social, el diagnóstico cumple una función estratégica porque:
- Permite reconstruir el escenario social donde se desarrollará una acción o política pública.
- Sirve como insumo para la formulación de objetivos, metas y estrategias en proyectos sociales.
- Contribuye a la identificación de actores clave, alianzas potenciales y conflictos latentes.
- Favorece la participación de las comunidades, promoviendo un diseño más democrático y situado en las intervenciones.
El diagnóstico es el punto de partida de todo proceso de intervención, ya que posibilita conocer la realidad concreta en la que se pretende actuar, identificar los principales nudos críticos y definir de manera situada los objetivos, las estrategias y los recursos necesarios. El diagnóstico no solo antecede a la intervención, sino que la orienta, la justifica y la legitima. Matus (1992) señala que la planificación debe permitir la reacción veloz y planificada ante las sorpresas y modificaciones de la realidad en la cual se está interviniendo.
Importancia del Uso de Fuentes de Datos e Información para la Planificación:
La importancia del uso de fuentes de datos y de información para la planificación es fundamental y transversal a todo el proceso, constituyendo el cimiento sobre el cual se construye un plan robusto, pertinente y viable. Su relevancia se manifiesta en varios aspectos:
- Sustento del Diagnóstico: Las fuentes de datos e información son la materia prima para la elaboración de un diagnóstico preciso y completo. Permiten:
- Cuantificar y calificar problemas: Ofrecen evidencia empírica sobre la magnitud, características y distribución de los problemas sociales (ej. estadísticas demográficas, tasas de morbilidad, datos económicos, encuestas de percepción).
- Identificar causas y efectos: Ayudan a comprender las relaciones entre diferentes variables y a desentrañar las causas profundas de los problemas, yendo más allá de las manifestaciones superficiales.
- Conocer el contexto: Proporcionan información sobre el entorno político, económico, social, cultural y ambiental en el que se desarrollará el plan.
- Toma de Decisiones Informadas: Una planificación basada en datos sólidos reduce la incertidumbre y el riesgo. Permite a los planificadores y tomadores de decisiones:
- Seleccionar opciones de intervención: Evaluar la viabilidad y el impacto potencial de diferentes alternativas de acción.
- Asignar recursos de manera eficiente: Dirigir los recursos hacia donde son más necesarios y donde pueden generar mayor impacto, basándose en la evidencia de las necesidades y la distribución de los problemas.
- Establecer objetivos realistas: Definir metas y resultados que sean alcanzables y medibles, al conocer las condiciones de partida.
- Monitoreo y Evaluación: Las fuentes de datos son esenciales para el seguimiento y la evaluación del plan y sus programas/proyectos.
- Construcción de indicadores: Los indicadores (como se vio con Lazarsfeld) se construyen a partir de datos, permitiendo medir el progreso hacia los objetivos y la efectividad de las intervenciones.
- Rendición de cuentas: Permiten demostrar los resultados alcanzados y justificar las acciones realizadas, lo que es crucial para la transparencia y la rendición de cuentas.
- Ajuste y aprendizaje: La información generada por el monitoreo y la evaluación permite identificar desviaciones, aprender de la experiencia y realizar los ajustes necesarios al plan, adaptándolo a los cambios situacionales.
- Legitimidad y Credibilidad: Una planificación fundamentada en datos fiables goza de mayor legitimidad y credibilidad ante la población, los financiadores y otros actores relevantes. Demuestra un enfoque profesional y basado en la evidencia.
- Identificación de Oportunidades y Riesgos: El análisis de datos puede revelar tendencias emergentes, oportunidades para la intervención o posibles riesgos que podrían afectar el éxito del plan.
Tipos de Planificación: Normativa vs. Estratégica
Planificación Normativa y Planificación Estratégica: Diferencias
Planificación Normativa:
- Ámbito de Acción: Se reduce al ámbito económico.
- Oponentes: Ignora la existencia de oponentes.
- Variables: Distingue entre variables «yo» y el sistema integrado por agentes económicos que actúan según comportamientos predefinidos.
- Poder Político: Considera las relaciones de poder político como algo exógeno a su método.
- Definición de Planificación: La define como un problema de diseño y cálculo técnico prescriptivo.
- Problemas: Entiende que trata con problemas económicos bien estructurados.
- Objetivos: Busca el diseño coherente del «debe ser» (objetivos y medios).
- Factibilidad: La factibilidad se reduce a un problema de diseño de la política económica, moviéndose también en el plano del «debe ser».
- Movimiento: Se mueve exclusivamente en el plano prescriptivo del «debe ser» y asume mecánicamente las relaciones causa-efecto, sin distinguirlas de las relaciones de interacción humana iniciativa-respuesta.
- Rigidez: Es limitada y rígida.
- Tiempo: El tiempo es lineal y uniforme para todos.
Planificación Estratégica (Situacional):
- Superación de la Normativa: Es una superación de la planificación normativa, incorporando y enriqueciendo la dimensión normativa.
- Direccionalidad: La direccionalidad económica y política es el aspecto normativo del plan.
- Dialéctica: Se enriquece por la dialéctica entre el «debe ser» y el «puede ser», y entre lo político y lo económico.
- Reconocimiento de la Norma: No ignora la dimensión normativa, ya que sin norma no existe el problema de la planificación y del planificador.
- Articulación: Articula para sí a la planificación normativa y la comprende como un aspecto de una globalidad más amplia.
- Viabilidad: Integra el análisis de viabilidad política, no solo económica.
- Conflicto y Cooperación: Considera el juego político-social como un juego de cooperación y conflicto, a diferencia del enfoque rígido y bien estructurado de la planificación normativa.
- Flexibilidad: Es inherentemente más flexible y adaptable a los cambios situacionales.
La planificación normativa es una herramienta de diseño técnico ideal, mientras que la planificación estratégica-situacional reconoce la complejidad de la realidad, la existencia de actores con intereses diversos, el poder político como una variable interna y la necesidad de una adaptación constante a las circunstancias cambiantes.
Diferencias entre un Diagnóstico Normativo y un Diagnóstico Situacional:
Las diferencias entre un diagnóstico realizado en la planificación normativa y un diagnóstico situacional de la planificación estratégica radican en su enfoque, alcance y la concepción de la realidad que subyace a cada uno:
Diagnóstico en la Planificación Normativa:
- Enfoque: Principalmente técnico y prescriptivo, centrado en el «debe ser» ideal.
- Ámbito: Se reduce fundamentalmente a lo económico y a problemas «bien estructurados».
- Variables: Asume un modelo con variables «yo» y un sistema integrado por agentes económicos con comportamientos predefinidos.
- Poder y Conflicto: Ignora o considera las relaciones de poder político como exógenas y no contempla la existencia de oponentes o conflictos inherentes a la realidad social.
- Factibilidad: Se limita a la factibilidad económica, sin profundizar en la viabilidad política.
- Temporalidad: Concibe el tiempo de manera lineal y uniforme.
- Resultados: Busca un diseño coherente y una solución óptima desde una perspectiva técnica, asumiendo relaciones causa-efecto mecánicas. No se adentra en la complejidad de las interacciones humanas.
Diagnóstico Situacional en la Planificación Estratégica:
- Enfoque: Es un momento analítico e integrador que busca comprender la realidad en movimiento y conflictiva. Se orienta al «debe ser» en dialéctica con el «puede ser».
- Ámbito: Aborda la complejidad social en su totalidad, incluyendo dimensiones económicas, políticas, sociales e ideológicas. Está diseñado para problemas «cuasi estructurados» o «mal estructurados».
- Actores y Poder: Reconoce la existencia de múltiples actores con intereses diversos, la presencia de oponentes y la influencia de las relaciones de poder político como un elemento inherente al análisis.
- Factibilidad: Evalúa tanto la viabilidad económica como la política, reconociendo que el plan debe ser factible en un contexto de juego social.
- Temporalidad: Considera el tiempo como un elemento no lineal, donde las decisiones y acciones tienen efectos interactivos y retroactivos. Reconoce las «tasas psicológicas de descuento sobre el futuro» de los actores.
- Resultados: Busca una comprensión profunda de los determinantes causales de los problemas, considerando las interacciones humanas y la capacidad de los actores para influir en la situación. Permite la definición de estrategias y tácticas de acción flexibles y adaptables.
- Complejidad Creciente: Desarrolla un conocimiento de la realidad con una complejidad creciente, integrando niveles de análisis (administrativo, sectorial/estratégico, ideológico/político).
- No Linealidad del Proceso: Entiende el diagnóstico no como una fase aislada y secuencial, sino como parte de un proceso «encabalgado» e «interretroactivo» donde cada momento implica y retroactúa sobre los demás.
En síntesis, el diagnóstico normativo es una herramienta de cálculo para un mundo idealizado y predecible, mientras que el diagnóstico situacional es una herramienta de comprensión y acción para una realidad compleja, conflictiva y en constante cambio.
Razones para Elegir la Planificación Estratégica frente a la Planificación Normativa:
Carlos Matus plantea que la planificación normativa se limita a problemas «bien estructurados», mientras que la planificación estratégica está diseñada para abordar problemas «cuasi estructurados» o «mal estructurados», que son los más comunes en la realidad social y política.
1. Manejo Efectivo de la Complejidad y la Incertidumbre en Problemas «Cuasi Estructurados»:
Argumento: La planificación normativa se enfoca en problemas «bien estructurados», asumiendo relaciones causa-efecto mecánicas y un tiempo lineal. Ignora la existencia de oponentes y las relaciones de poder. En contraste, la planificación estratégica reconoce que la mayoría de los problemas sociales son «cuasi estructurados» o «mal estructurados», caracterizados por múltiples causas interconectadas, incertidumbre y la participación de diversos actores con intereses contrapuestos. Al concebir la realidad como un «juego político-social», la planificación estratégica está diseñada para operar en entornos complejos y conflictivos. Permite ir más allá de una descripción superficial para una «explicación situacional» de complejidad creciente, identificando las múltiples determinantes causales (genoestructura, fenoestructura, fenoproductivo) y las interacciones entre los actores. Esta capacidad para comprender y gestionar la complejidad y la incertidumbre hace que la planificación estratégica sea mucho más pertinente y efectiva para abordar los desafíos reales de la sociedad.
2. Inclusión del Poder Político y la Viabilidad, Superando la Visión Exclusivamente Económica:
Argumento: La planificación normativa se reduce al ámbito económico y considera las relaciones de poder político como exógenas, limitando su análisis de factibilidad al plano del «debe ser» económico. Esto la vuelve ingenua frente a la realidad política. La planificación estratégica, en cambio, integra el poder político como un elemento central y endógeno a su método. Reconoce que el éxito de un plan no depende solo de su coherencia técnica o económica, sino fundamentalmente de su viabilidad política, es decir, de la capacidad de construir consensos, neutralizar resistencias y movilizar recursos en un campo de fuerzas. Introduce la dialéctica entre el «debe ser» (lo normativo) y el «puede ser» (lo factible en el juego político y social). Al hacerlo, la planificación estratégica ofrece un marco mucho más realista y pragmático para el diseño y la implementación de políticas, programas y proyectos sociales.
3. Flexibilidad y Capacidad de Adaptación a los Cambios Situacionales:
Argumento: La planificación normativa es «limitada y rígida», con planes prescriptivos que asumen un futuro predecible. En la realidad dinámica y cambiante, esta rigidez lleva a que los planes se vuelvan obsoletos rápidamente. La planificación estratégica, por su parte, es inherentemente flexible y adaptable. Concibe el plan como «modular, no rígido», que «se ajusta agregando, cambiando o disminuyendo operaciones a los diversos escenarios y cambios situacionales». Esta adaptabilidad se deriva de su reconocimiento de que la realidad es un proceso en constante movimiento, y de que las «jugadas» de los actores y los eventos inesperados requieren una revisión constante de los objetivos estratégicos y las tácticas. Esta capacidad de ajuste continuo («arco situacional» y proceso «interretroactivo») asegura que la planificación siga siendo relevante y efectiva a lo largo del tiempo, en lugar de convertirse en una mera declaración de intenciones.
El Concepto de Situación en la Planificación Estratégica
Definición de Situación y su Aporte al Diagnóstico:
El concepto de «situación» en la planificación estratégica, según Carlos Matus, se refiere a un corte en el tiempo y el espacio que permite comprender la realidad como un sistema dinámico y complejo, en un momento determinado, desde la perspectiva de un actor específico. No es una descripción estática de la realidad, sino un análisis que considera:
- Problemas y Oportunidades: Los desafíos y las posibilidades presentes en un momento dado.
- Actores y sus Intenciones: Quiénes son los participantes en el «juego social», cuáles son sus intereses, sus capacidades (acumulaciones), sus estrategias y sus «tasas psicológicas de descuento sobre el futuro» (cómo valoran el futuro en sus decisiones).
- Relaciones de Poder: Las dinámicas de cooperación y conflicto entre los actores, y cómo estas relaciones influyen en la viabilidad de las acciones.
- El Presente como un Momento de la Acción: La situación es el punto de partida para la intervención, donde se identifican los nudos críticos y se proyectan las transformaciones.
- Arco Situacional: Se refiere a la vía de transición entre dos situaciones inmediatas cualesquiera que permiten avanzar hacia el cumplimiento del plan o programa.
Aporte de la Consideración de la Situación en la Elaboración de un Diagnóstico:
La consideración del concepto de situación en la elaboración de un diagnóstico es fundamental y aporta varios elementos clave:
- Visión Dinámica y Contextualizada: Permite que el diagnóstico no sea una foto estática, sino una película en movimiento. Entiende que la realidad social está en constante cambio y que el diagnóstico debe capturar esas dinámicas, las tendencias y las posibles trayectorias futuras. Esto es crucial para la pertinencia y relevancia de las intervenciones.
- Análisis Centrado en los Actores y el Poder: El concepto de situación obliga al diagnóstico a ir más allá de los datos objetivos para analizar las subjetividades, intenciones, capacidades y recursos de los diferentes actores sociales. Permite identificar quiénes tienen el poder para influir en la situación, quiénes se benefician o perjudican, y cuáles son las alianzas y conflictos. Esto es vital para comprender la viabilidad política de cualquier propuesta.
- Identificación de Nudos Críticos y Palancas de Cambio: Al entender la situación como un punto de partida para la acción, el diagnóstico situacional ayuda a identificar los «nudos críticos» o «problemas-nudo» que, al ser abordados, pueden generar un impacto significativo en el sistema. También permite descubrir las «palancas» o «acumulaciones» que pueden ser movilizadas para generar cambios.
- Delimitación Precisa del Problema: El diagnóstico situacional ayuda a definir el problema no solo por sus manifestaciones (fenoproductivo), sino por sus causas subyacentes (genoestructural) y las relaciones entre los elementos que lo componen (fenoestructural). Esto permite un abordaje más profundo y efectivo, evitando soluciones superficiales.
- Relevancia de la Viabilidad: Al considerar los límites y posibilidades de la acción desde la perspectiva del actor que planifica, el diagnóstico situacional integra el análisis de la viabilidad política y material. No se trata solo de lo que «debe ser», sino de lo que «puede ser» dado el contexto de la situación. Esto hace que el plan sea más realista y ejecutable.
- Articulación entre la Coyuntura y el Futuro: El diagnóstico situacional articula la realidad inmediata (coyuntura) con la visión de futuro que se desea alcanzar. Permite que el plan se adapte y ajuste continuamente a los cambios que se producen en la situación, lo que es esencial en entornos complejos e inciertos.
En síntesis, el concepto de situación transforma el diagnóstico en una herramienta de análisis estratégico que no solo describe la realidad, sino que la comprende en función de los actores, sus interacciones y las posibilidades de transformación, haciendo que la planificación sea más pertinente, flexible y efectiva.
Problemas Cuasi Estructurados y Bien Estructurados:
Carlos Matus, al diferenciar los problemas, señala que la planificación normativa se limita a problemas «bien estructurados». En contraste, la planificación estratégica está diseñada para abordar problemas «cuasi estructurados» o «mal estructurados», que son los más comunes en la realidad social y política.
Características Relevantes del Abordaje de Problemas Cuasi Estructurados desde la Planificación Estratégica:
- Reconocimiento de la Complejidad y Multiplicidad de Factores: Los problemas cuasi estructurados se caracterizan por tener múltiples causas interconectadas, muchas de las cuales son difíciles de identificar y cuantificar. La planificación estratégica reconoce esta complejidad y no busca una única solución lineal. En cambio, su diagnóstico es de «complejidad creciente», explorando los múltiples determinantes causales y las interrelaciones entre ellos (económicos, políticos, sociales, ideológicos, etc.). No se asumen relaciones causa-efecto mecánicas, sino de interacción humana.
- Inclusión de Actores y Relaciones de Poder: A diferencia de los problemas bien estructurados (donde los oponentes se ignoran o se consideran exógenos), los problemas cuasi estructurados implican la existencia de diversos actores con intereses, valores y capacidades diferentes, que pueden ser oponentes, cooperadores o aliados. La planificación estratégica aborda la realidad social como un «juego político-social» de cooperación y conflicto. Por lo tanto, el análisis de problemas cuasi estructurados desde esta perspectiva implica comprender las lógicas de los actores, sus recursos (acumulaciones), sus estrategias y cómo sus interacciones influyen en la situación y en la viabilidad de las soluciones. La viabilidad política, además de la económica, es central.
- Flexibilidad y Adaptabilidad (Direccionalidad y no un «Debe Ser» Rígido): Los problemas cuasi estructurados no tienen una solución única y predefinida. La planificación estratégica no busca un «debe ser» rígido y prescriptivo como la planificación normativa. En cambio, propone una «direccionalidad» que permite la adaptación y el ajuste continuo. Esto implica que el plan es «modular», no rígido, y se ajusta agregando, cambiando o disminuyendo operaciones a los diversos escenarios y cambios situacionales. La estrategia articula la coyuntura con el futuro deseado, reconociendo que el tiempo no es lineal y que las «jugadas» y las «acumulaciones» de los actores pueden alterar el curso de acción.
Diferencias entre Problemas Bien Estructurados y Cuasi Estructurados Vinculados al Uso del Concepto de Situación:
La distinción entre problemas bien estructurados y cuasi estructurados es central para entender la utilidad del concepto de situación.
1. Reconocimiento de Actores y Oponentes:
- Problemas Bien Estructurados: En estos problemas, el concepto de situación es menos relevante en términos de actores y oponentes. La planificación normativa, que los aborda, «ignora que existen oponentes» y se centra en un «yo» que actúa en un sistema con agentes económicos de comportamientos predefinidos. La situación se vería como un escenario técnico a optimizar, donde las relaciones de poder son exógenas.
- Problemas Cuasi Estructurados: Aquí, el concepto de situación es crucial porque la realidad se concibe como un «juego político-social» de cooperación y conflicto. El diagnóstico situacional (base para entender la situación) implica analizar a los múltiples actores, sus intereses, sus capacidades (acumulaciones) y cómo sus «jugadas» afectan el problema. La situación es un campo de batalla o negociación, donde la interacción entre actores es el corazón del problema y de su posible solución. La viabilidad del plan depende directamente de cómo se gestionen estas interacciones en la situación.
2. Naturaleza de la Causalidad y la Incertidumbre:
- Problemas Bien Estructurados: Se asume una causalidad lineal y mecánica («relaciones causa-efecto»). La situación es predecible; si se aplica la solución técnica correcta, el resultado deseado se obtendrá. Hay poca incertidumbre sobre el comportamiento del sistema. El concepto de situación, si se usara, sería para describir un estado de equilibrio o desequilibrio técnico.
- Problemas Cuasi Estructurados: La causalidad es compleja, multivariada e interactiva, no lineal. La situación está marcada por la incertidumbre debido a las «iniciativas-respuesta» de los actores y sus «tasas psicológicas de descuento sobre el futuro». El concepto de situación ayuda a mapear esta complejidad y reconocer que la «verdad» sobre el problema es situacional y depende de la perspectiva de cada actor. El diagnóstico situacional se enfoca en comprender estas interacciones y la incertidumbre inherente, para diseñar estrategias que sean flexibles y adaptables a las dinámicas cambiantes de la situación.
3. Viabilidad y Alcance de la Planificación:
- Problemas Bien Estructurados: La viabilidad del plan se reduce principalmente a la factibilidad económica, moviéndose en el plano del «debe ser» ideal. El concepto de situación no incorpora la viabilidad política de manera explícita.
- Problemas Cuasi Estructurados: El concepto de situación es fundamental para introducir la viabilidad política como un componente inseparable de la planificación. El «arco situacional» se refiere a la transición entre situaciones, lo que implica que el plan no es solo un diseño ideal, sino una secuencia de «jugadas» posibles y pertinentes en el juego social. La planificación no se limita a diseñar lo que «debe ser», sino a construir lo que «puede ser» en la situación actual, considerando las fuerzas y debilidades propias y de los otros actores, y la capacidad de modificar las reglas del juego. Esto hace que el plan sea inherentemente «modular» y se ajuste a los cambios de la situación.
La Definición del Problema según Carlos Matus: Niveles de Acción
Aporte de la Definición del Problema considerando los Tres Niveles de Matus: Genoestructural, Fenoestructural, Fenoproductivo
La definición del problema según Carlos Matus, a través de sus tres niveles, permite un abordaje integral y profundo de las problemáticas sociales:
1. Fenoproductivo (Nivel de los Efectos o Manifestaciones):
- Aporte: Este nivel se refiere a las expresiones observables, los daños, los síntomas o los resultados directos y evidentes del problema. Es lo que la mayoría de las personas perciben y por lo que se quejan.
- Utilidad en el Diagnóstico: Permite la identificación inicial y la cuantificación del problema en términos de sus consecuencias más visibles. Responde a la pregunta «¿qué está ocurriendo?». Es crucial para sensibilizar, establecer la magnitud del problema y definir los objetivos de reducción de sus efectos.
- Ejemplo: «Alta tasa de deserción escolar», «incremento de enfermedades respiratorias en la población», «deterioro de la infraestructura urbana».
- Limitación si se queda solo en este nivel: Si el diagnóstico se limita a este nivel, las soluciones propuestas serán superficiales (curativas, sintomáticas) y no abordarán las raíces del problema, lo que puede llevar a que este persista o reaparezca.
2. Fenoestructural (Nivel de las Interrelaciones o el Funcionamiento del Sistema):
- Aporte: Este nivel se refiere a las estructuras, procesos, interacciones y lógicas de funcionamiento del sistema que generan los fenómenos fenoproductivos. Es cómo se interrelacionan los diferentes elementos para producir el problema. Responde a la pregunta «¿cómo funciona el sistema para producir esto?».
- Utilidad en el Diagnóstico: Permite comprender la dinámica interna del problema, las relaciones entre sus componentes, los flujos y las tensiones. Aquí se analizan las instituciones, las políticas, los actores involucrados y sus interacciones. Identifica los nudos críticos o cuellos de botella en el sistema.
- Ejemplo: Para la deserción escolar, podría ser la «rigidez del currículo escolar», la «falta de capacitación docente en nuevas pedagogías», la «inadecuada articulación entre la escuela y la comunidad».
3. Genoestructural (Nivel de las Causas Profundas o la Génesis del Problema):
- Aporte: Es el nivel más profundo y se refiere a las causas estructurales, históricas, políticas, ideológicas y culturales que dan origen y sostienen las condiciones fenoestructurales. Responde a la pregunta «¿por qué existe esta estructura y cómo se originó?».
- Utilidad en el Diagnóstico: Permite un análisis radical (de raíz) del problema. Aquí se exploran factores como las relaciones de poder, la distribución de recursos, las desigualdades sociales, los modelos de desarrollo, los valores culturales y las decisiones políticas de largo plazo. Este nivel es crucial para identificar las palancas de cambio estructural y para diseñar intervenciones que apunten a transformaciones fundamentales.
- Ejemplo: Para la deserción escolar, podría ser la «concentración de la riqueza que genera profundas desigualdades socioeconómicas», la «orientación del sistema educativo hacia la reproducción del sistema productivo», la «escasa inversión pública en educación».
La Realidad Social como «Juego» en la Planificación Estratégica
Concepción de la Realidad Social como un Juego según Matus:
Para Matus, concebir la realidad social como un «juego» implica reconocer la existencia de múltiples actores con intereses y recursos diversos, que interactúan en un escenario de cooperación y conflicto. Cada actor realiza «jugadas» estratégicas basadas en sus «acumulaciones» (capacidades) y dentro de un conjunto de «reglas» (muchas veces de desigualdad). Este enfoque permite a la planificación ir más allá de un diseño técnico para convertirse en una herramienta estratégica que considera la incertidumbre, el poder político y la necesidad de adaptación constante a las dinámicas de los otros jugadores.
La realidad no es igual para todos; estamos situados de manera desigual en el juego social, a pesar de estar regidos por las mismas reglas. Somos desiguales y distintos por lo que somos, por lo que hacemos, por lo que poseemos. Somos un producto cognitivo del juego social. Cada día el juego hace una inversión desigual en nuestro patrimonio cognitivo, produce diferencias, asimetrías y, por lo tanto, es un juego signado por conflictos.
¿Qué es la Situación?
«Es donde está situado algo. Ese algo es el actor y la acción. Acción y situación conforman un sistema complejo con el actor. La realidad adquiere el carácter de situación en relación al actor y a la acción de este. Por eso una misma realidad es al mismo tiempo muchas situaciones dependiendo ello de cómo está situado el actor y cuál es su acción» (Carlos Matus).
Planificación y Trabajo Social
Noción sobre Problema Social:
Un problema social es una situación o condición que afecta negativamente a un grupo significativo de personas dentro de una sociedad, y que es percibida como indeseable, injusta o amenazante para el bienestar colectivo, requiriendo algún tipo de intervención o acción social para su resolución o mitigación.
En el ámbito del Trabajo Social (TS), los problemas sociales se entienden como aquellas situaciones estructurales, históricamente determinadas y socialmente construidas, que vulneran derechos, generan desigualdades y afectan el bienestar de individuos, grupos o comunidades, demandando respuestas institucionales y profesionales para su abordaje. Desde esta perspectiva, los problemas sociales no son meras «carencias», sino expresiones de las contradicciones del orden social que se manifiestan en condiciones de vidas injustas, procesos de exclusión, discriminación o violencia, entre otros. En este sentido, el TS no solo actúa frente a los efectos de los problemas sociales, sino que analiza críticamente sus causas estructurales, promoviendo prácticas emancipadoras y transformadoras. Autores como Grassi, Netto e Iamamoto señalan que el TS como profesión inserta en el campo de las políticas sociales debe identificar, problematizar y actuar frente a los problemas sociales en su complejidad, evitando reduccionismos moralizantes o asistenciales.
¿Qué Implica para el Trabajo Social el Reconocimiento de un Problema Social?
Desde el enfoque del TS, el reconocimiento de un problema social constituye el punto de partida para el desarrollo de procesos de intervención profesional. En este marco, el diagnóstico social y la planificación social se presentan como herramientas fundamentales e interdependientes para su abordaje.
- Diagnóstico Social: Implica un proceso sistemático de conocimiento e interpretación de las realidades sociales problemáticas, a partir del análisis de sus causas estructurales, sus manifestaciones concretas y su impacto en sujetos y colectivos.
- Planificación Social: Se vincula con la proyección de acciones organizadas y estratégicas para intervenir sobre estos problemas sociales identificados. Implica una toma de posición frente a las desigualdades, orientando la intervención hacia la garantía de derechos, participación y justicia social.
Diagnóstico, Planificación y Problema Social:
El diagnóstico permite nombrar y delimitar el problema social desde una perspectiva crítica, contextualizada e histórica. En ese sentido, el diagnóstico no solo detecta carencias, sino que visibiliza vulneraciones de derechos y las formas en que estas se naturalizan o institucionalizan. El diagnóstico proporciona la base analítica para la formulación de objetivos, estrategias, programas y dispositivos de intervención. Comprender los problemas sociales en su complejidad, multicausalidad y dinamismo es uno de los grandes desafíos del TS. El diagnóstico social permite comprender los problemas no como hechos aislados, sino como expresiones de relaciones sociales desiguales, estructuralmente determinadas y socialmente legítimas. A partir de esta comprensión crítica, la planificación social se convierte en una herramienta clave para diseñar estrategias de intervención que no solo aborden los efectos, sino que también cuestionen las causas estructurales que los producen. Así, ambas herramientas permiten al TS posicionarse como una práctica comprometida con la transformación social y la restitución de derechos vulnerados.
La perspectiva sobre un problema social va cambiando porque la vida social cambia, y con ella, los niveles de consenso sobre lo que constituye un problema. Un problema social existe en la medida en que lo reconocemos como tal; este es un conocimiento subjetivo sobre algo objetivo. Es una condición objetiva que tiene una expresión subjetiva. Para que esa subjetividad se construya y sea aceptada por la sociedad (o una parte de ella), necesitamos construir consenso para que ese problema sea entendido, definido y asumido como tal. A partir de ese reconocimiento y consenso, ingresa a la agenda pública y se convierte en política pública, construyéndose acciones alrededor de ese problema.
Un mismo problema social tendrá distintos niveles de consenso, distintas perspectivas y distintas representaciones sociales, y esas diferencias darán lugar a distintas formas de políticas públicas, distintas formas institucionales y distintas formas de intervención.
¿Qué Hace el Trabajo Social?
El Trabajo Social trabaja con problemas sociales y necesidades. Las necesidades y los problemas sociales forman parte de una misma realidad; podemos tener necesidades que forman parte de problemas sociales o problemas sociales que esconden necesidades. La intervención se vincula con la necesidad.
- Aspectos Microsociales: Sujeto, lazos sociales, sociabilidad.
- Conocimiento de Redes: Conocer la red familiar, social, comunitaria da más opciones para abordar el problema.
- Sistema de Protección Social: Conocer el sistema de protección social.
- Contexto: Micro contexto que a su vez está atravesado por lo macrosocial.
- Territorio.
Los problemas sociales no están definidos de una vez y para siempre; por ser producto de la misma sociedad, se van transformando vinculados a los cambios sociales a nivel macro. Lo que en un momento no fue un problema, hoy lo puede ser y viceversa. Algo se convierte en un problema social y termina con un resultado sobre eso. Para definir un problema social debe existir un consenso social de que realmente lo es; se está hablando de una combinación de algo subjetivo y objetivo.
Análisis Situacional (Escalada, 2001):
El análisis de la situación es un momento complejo que nos desafía a conocer lo que está sucediendo en una determinada representación de la realidad que denominamos situación, incluyendo lo que está sucediendo a quienes están actuando sobre y dentro de los límites de esa realidad. El proceso de conocimiento de la situación (investigación diagnóstica) es el momento privilegiado de articulación entre conocimiento e intervención, contiene en su definición las complejas relaciones entre sujetos (actores), prácticas (acción) y escenario (estructura). (Escalada 2001, p. 76).
Pasos del Análisis Situacional:
- Identificación de la Problemática: Que emerge de la realidad y que constituye el objeto global de transformación del proceso de intervención.
- Ubicación de las Manifestaciones: Y/o características de esa problemática en el punto de partida, de sus rasgos o indicadores y toda información que se posea sobre ella.
- Identificación de Actores Sociales Relevantes: Personas o fuerzas sociales que puedan intencionalmente permitir o impedir que se alcancen los objetivos.
- Análisis de la Problemática: Comprender los hechos o problemas sociales «situados» o «contextuados». Identificar los problemas sociales y las determinaciones de estos, y realizar una delimitación de los espacios estratégicos para la acción.
Este Proceso de Análisis Permitirá:
- Priorizar problemas.
- Identificar actores y fuerzas sociales.
- Realizar un análisis situacional.
- Identificar las relaciones de poder que se establecen.
- Identificación de conflictos.
- Identificación de espacios institucionales de quiebre con lo instituido.
Paradigmas de Planificación: Tradicional vs. Situacional
Planificación Económica Normativa (Tradicional):
Procura solucionar dos problemas: 1. El diseño coherente del «deber ser». 2. La factibilidad económica de los objetivos y los medios. Se caracteriza por ser:
- Sin oponentes.
- Cierta.
- De mediano plazo.
- Inconsistente.
- Discursiva.
- Administrativa.
- Oficialista.
- Insincera.
- De tiempo rígido.
Características de la Planificación Normativa:
- Deber Ser: Se enfoca en lo que «debe ser».
- Causa-Efecto: Asume relaciones lineales de causa-efecto.
- Mediación: La planificación es una mediación entre conocimiento y diseño normativo.
- Acción: La acción es problema de los políticos.
- Técnica y Neutra: Se considera aplicable para cualquier actor, en cualquier circunstancia y para cualquier objetivo.
- Objetividad: La explicación de la realidad es objetiva y solo hay una verdad científica.
- Económica: Los únicos recursos son los económicos.
- Contexto Político: Se niega el contexto político.
- Aislamiento: Se aísla el texto del plan del contexto de sus circunstancias.
¿Por qué Fracasa la Planificación Económica Normativa? Causas de la Ineficiencia:
- Circunstancias políticas.
- Calidad de los planificadores.
- Deficiencias de las estadísticas.
- Insuficiente poder de las oficinas centrales de planificación.
- Inexperiencia de los economistas.
- Deficiente formación.
- Desinterés de los políticos.
La planificación situacional es como una «guerra de trincheras» contra la incertidumbre futura que generan los sistemas complejos (Matus, 1983). El conocimiento es navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certezas (Morin, 1999).
Planificación y Trabajo Social (Notas de Video):
La intervención se considera un proceso de comprensión que involucra el conjunto de los fenómenos societales en un sentido amplio y un esfuerzo de comprensión acerca de la profesión, de sus posibilidades, sus procesos y los ámbitos institucionales, los sujetos involucrados en un proceso de intervención y finalmente la cuestión que se vuelve objeto y preocupación del TS. El punto de partida siempre es un ejercicio comprensivo, que debe orientar la acción que se considere transformadora; la realidad institucional está inserta en programas.
La planificación es un recurso ineludible del ejercicio profesional, a tal punto que se vuelve parte de nuestra configuración e identidad profesional. La planificación permite a la acción dotar de sentido y racionalidad a las acciones que queremos hacer, una suerte de ordenamiento que corresponde a esa comprensión de partida. Para poder alcanzar la rigurosidad para planificar, es esencial el registro, que implica anotar los aspectos centrales a trabajar, las dificultades presentadas, las características de la institución. Teniendo un registro ordenado, se puede ver el camino que se está siguiendo. Evaluar requiere revisar, y se revisa sobre lo que se hizo para desarrollar la tarea (registro). No se piensa en la planificación como un instrumento estático.
Es fundamental definir los propósitos de la intervención y cuál es el objetivo que se procura alcanzar, lo cual tiene que ver con el diagnóstico que se realiza en las etapas iniciales, una identificación de un trabajo y un proceso de trabajo que antecede al TS y va a continuar más allá. Un segundo momento tiene que ver con establecer un mecanismo para llevar adelante estos propósitos y cómo se va a llevar a cabo, pensando que las acciones a realizar tengan viabilidad en todos los aspectos (institucionales, recursos). Primero se definen los objetivos. Segundo, qué acciones se deben desarrollar para llevarlos a cabo. Y en un tercer momento, la viabilidad del proyecto.
Tipos de Planificación (Epistemología): Postulados Clave
Planificación Económica Tradicional (Normativa):
- Sujeto y Objeto: El sujeto (Estado) es diferente del objeto (realidad económico-social).
- Diagnóstico: Un planificador debe diagnosticar (verdad única y absoluta, único tiempo).
- Comprensión de la Realidad: Para comprender la realidad («comportamiento social») y prevenir: descubrir leyes de funcionamiento (modelos analíticos, causa-efecto).
- Ámbito: La planificación se refiere solo a lo económico-social. Importa el deber ser normativo. No se visualizan actores sociales, sino agentes económicos.
- Incertidumbre: No existe incertidumbre, lo político puede considerarse como restrictivo del plan económico-social, no existen «problemas cuasiestructurados».
- Monopolio del Estado: El plan es producto del Estado, la racionalidad técnica debe imponerse.
Planificación Situacional (Estratégica):
- Sujeto y Objeto: El sujeto está comprendido en el objeto planificado. El objeto comprende a otros sujetos que planifican. No se controla la realidad. El actor que planifica está dentro de la realidad y allí coexiste con otros actores (actor 1 y 2) → realidad.
- Explicación Situacional: Coexisten varios actores con capacidades diferentes (explicación SITUACIONAL de la realidad). Cada actor explica según su posición en el sistema (objeto) planificado. El tiempo es relativo, múltiples racionalidades y criterios de eficacia.
- Interacción de Actores: El actor que planifica se relaciona con otros actores (oponentes o aliados). Se consideran las relaciones iniciativa-respuesta junto a las relaciones causa-efecto. Previsión por predicción.
- Alcance: La planificación no se puede confundir con el deber ser (normativo), sino que puede cubrirse el «puede ser» y la «voluntad de hacer». Implica conflicto, concertación, consenso.
- Incertidumbre y Problemas Cuasiestructurados: Lo normativo es un momento de lo estratégico y lo operacional. Todo está plagado de incertidumbre. Debemos trabajar con «problemas cuasiestructurados». Los problemas políticos deben reconocerse como endógenos al plan.
- Participación Amplia: El plan no es monopolio del Estado. Todos los actores sociales planifican. Se necesita negociar.
Principios de la Planificación Estratégica Situacional (PES):
- Incompletitud: Toda explicación situacional es incompleta, porque es incapaz de apreciar todos los puntos de vista, pero se requieren sistemas explicativos potentes.
- Incertidumbre: Introduce a quien observa como parte de la situación. En las trincheras: capacidad de predicción; de previsión; de reacción veloz ante la sorpresa; de aprendizaje.
- Complementariedad: Somos parte de la situación, explicamos dentro y desde una situación.
Momentos de la PES:
La PES es un proceso cíclico e interretroactivo:
- Táctico-Operacional: ¿Cómo alcanzar los objetivos?
- Analítico-Explicativo: Diagnóstico (problema).
- Normativo: ¿A dónde queremos llegar? (el «deber ser»).
- Estratégico: ¿Qué camino?
Y el ciclo vuelve a comenzar.
Cómo Definir los Problemas:
- Problemas Bien Estructurados: Abordados por la Planificación Normativa. Se asume que se opera en sistemas y con problemas bien estructurados.
- Las reglas que conforman el sistema son precisas y claras.
- La persona está fuera del problema e intenta resolverlo desde fuera.
- El problema está aislado de los demás problemas.
- El problema plantea un problema técnico-científico.
- Problemas Cuasi Estructurados: Abordados por la Planificación Estratégico-Situacional. No se elaboran modelos; opera sobre rasgos más salientes y relevantes para los actores.
- El problema está determinado por reglas, pero no son invariables ni precisas.
- La persona está dentro del problema, lo conoce y lo explica desde allí.
- Las fronteras entre el problema y el sistema son difusas.
- Las personas crean las posibles soluciones.
- El problema está enlazado con otros.
- El problema abarca el ámbito sociopolítico.
- La objetividad no es posible.
La Estrategia como Categoría Teórico-Metodológica:
Los actores son jugadores situados históricamente como antagonistas. La situación de conflicto es inherente a la existencia de los actores sociales y de la situación. El final del juego está abierto a múltiples posibilidades porque los jugadores pueden crear nuevos elementos.
Requisitos de la PES (Según Pichardo):
- Integrar la dimensión política y económica del proceso social, distinguiendo entre las áreas de consenso y de conflicto del Plan.
- Constituirse en un proceso democrático que recoja la demanda que emerja de la base social.
- Conformar un proceso descentralizado para identificar problemas y soluciones en todos los niveles.
- Perspectiva de coyuntura: Ligar permanentemente la planificación de las situaciones de coyuntura con perspectivas de mediano y largo plazo.
- Los planes de corto y largo alcance deben preceder y presidir la acción.