Positivismo Criminológico: Impacto Histórico y Desarrollo de la Criminología
Introducción al Positivismo Criminológico
La Escuela Positiva, o positivismo criminológico, es el nombre dado al grupo de científicos que se dedicó a buscar e investigar soluciones para la problemática criminal, basándose en las ideas de la filosofía positivista, representada principalmente por Auguste Comte (1798-1857).
La idea de objetivar y unificar el positivismo se hizo presente en las diversas ramas del Derecho.
La espina dorsal del positivismo comtiano sostenía que, mediante la eliminación de las barreras creadas por el hombre, se romperían las fronteras del conocimiento científico, el cual se obtendría a través de la observación empírica, sin límites para el avance científico en todas las áreas del saber.
Esta idea del positivismo fue rápidamente absorbida por el Derecho Penal y por criminólogos positivistas como Enrico Ferri, entre otros.
Es importante señalar que el positivismo presenta tres características fundamentales que, posteriormente, influirían en la Criminología y el Derecho Penal:
- A. El positivismo posee características inherentemente conservadoras, al ser un culto al hecho, sustentado en la premisa de que: “el culto a lo que es no predispone a cambiar lo que es”.
- B. El positivismo siempre ha mostrado una tendencia a despreciar el pensamiento precedente.
- C. El positivismo presentó dos fases: una conservadora y otra vanguardista, en virtud de su método, buscando eliminar del campo científico cualquier prejuicio oscurantista.
Por tanto, la incuestionable ortodoxia positivista contribuyó al avance de las ciencias, al introducir la tendencia a delimitar problemas con sus exigencias metodológicas, especialmente en el Derecho Penal y la Criminología.
La Criminología comenzó estudiando la existencia y modalidades de los delincuentes, con estudios biológicos y antropológicos que aspiraban a determinar las características del “hombre criminal” y, posteriormente, su perfil psicológico para establecer las razones que le inducían a delinquir en su caso concreto.
La Criminología, según Lombroso, Ferri y Garófalo, tuvo al sujeto delincuente como fuente principal de su preocupación. Es decir, buscaba las causas para eliminarlas, suprimirlas o “inocularlas”, lo que a su vez eliminaría la criminalidad. Esta fue la tendencia del positivismo italiano, que incluso llegó a considerar la desaparición del Derecho Penal y su reemplazo por la Criminología.
Consideraciones Clave de la Escuela Positiva
La Escuela Positiva ha ejercido una influencia significativa en la Criminología. Uno de los puntos más relevantes de esta corriente filosófico-jurídica radica en las ideas de Auguste Comte, quien abogaba por eliminar las barreras creadas por el hombre y dar paso a la observación empírica, un pilar que define actualmente la Criminología como ciencia. Entre sus aportaciones destacan:
- La utilización del método positivista inductivo como presupuesto de investigación científica.
- El delito considerado como un hecho social.
- La idea del “delincuente nato” de Lombroso, que impulsó el estudio de las características físicas especiales del hombre delincuente y que, más adelante, motivó a otros investigadores a establecer características sociológicas, psicológicas y medioambientales.
- El surgimiento, con Garófalo, de la idea del “delito natural” y el “enemigo del Estado”.
- Otro elemento, esta vez menos afortunado y que ha dado origen al llamado Derecho Penal del autor, es la idea de considerar al individuo susceptible de punición no por lo que hizo o hará (desde el punto de vista típico y antijurídico), sino por lo que es, aplicándosele las medidas de seguridad predelictivas basadas en la peligrosidad social.
- La responsabilidad del individuo frente a la sociedad, lo que llevó a denominarlo “responsable social”.
Visión Crítica al Positivismo Criminológico
La Criminología, por entonces, era considerada la esencia del Derecho Penal y, como hemos mencionado, el principal foco de los representantes de la Escuela Positiva.
Con el tiempo, el delito dejó de ser el centro de la investigación para centrarse en el delincuente, quien pasó a ser objeto de estudios biológicos y antropológicos, con el fin de identificar el espectro del ser humano “predestinado” a las prácticas delictivas.
Influencia del Positivismo Criminológico en el Nacimiento de la Criminología
Con el Positivismo nace la Criminología científica.
La Escuela Clásica había logrado importantes avances en la ciencia del Derecho Penal y en las garantías penales y procesales para los presuntos delincuentes.
Sin embargo, se le reprochó no preocuparse por el sujeto del delito.
Por otra parte, los códigos penales no habían logrado disminuir la criminalidad con la aplicación de las penas, lo que incrementaba la reincidencia.
Los positivistas se ocuparon especialmente del delincuente y de las causas de la criminalidad.
Los principales representantes del positivismo criminológico fueron Lombroso (1835-1909), Ferri (1856-1929) y Garófalo (1851-1934).
Si bien es de Lombroso de quien más referencias se encuentran, su obra no consiguió influir directamente en la legislación penal italiana. No obstante, al positivismo criminológico se le atribuye el mérito de haber convertido la Criminología en una ciencia.
Su influencia se ha dejado notar en el aspecto subjetivo que se aprecia en algunas legislaciones penales, especialmente en el campo de la peligrosidad, las medidas de seguridad y la defensa social.
Los positivistas reconocieron errores en sus postulados y se defendieron de las acusaciones de las que habían sido objeto. Lombroso, por ejemplo, se lamentaba de que se censurara a la Escuela por conclusiones y teorías que nunca había sostenido.
Enrico Ferri afirmaba que el estudio de cráneos y cerebros fue una parte secundaria de la Escuela; lo importante fue el estudio de las causas del delito en el orden de los individuos físicos y sociales.
Por otra parte, indicaba que la simple reforma de las leyes penales no era la panacea para resolver los problemas patológicos de la vida social, es decir, el delito y los comportamientos sociales desviados.
La Recepción del Positivismo Criminológico en España
Es importante señalar que la mayoría de quienes abordaron el Positivismo lo hicieron en un momento en que esta corriente ya había sido cuestionada, especialmente la teoría de Lombroso respecto a la relación entre la criminalidad y su carácter hereditario.
Sin embargo, Lombroso nunca defendió que la criminalidad fuera puramente hereditaria, sino que el componente biológico inclinaba a algunos sujetos más que a otros a cometer delitos.
Lo importante es que el resto de la Escuela Positivista sí dio importancia a los factores sociales.
En resumen, el positivismo criminológico se difundió en España a través de las obras de sus principales representantes: Lombroso, Ferri y Garófalo.
Por otra parte, los primeros penalistas españoles, entre ellos Groizard y Valdés Rubio, se aferraban a la corriente del Libre Albedrío y, por tanto, se oponían claramente al positivismo.
Incluso, la figura de Aramburu, catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Oviedo, fue un abierto crítico de Lombroso por su sesgo al centrarse en los hombres delincuentes y limitar el estudio de las mujeres únicamente a la prostitución.
Dentro de la administración de justicia española de la época, el positivismo también fue atacado.
Jueces y fiscales se alineaban con los penalistas que defendían el libre albedrío frente al determinismo.
Pese al interés que despertó la Escuela Positiva italiana en los pensadores españoles de finales del siglo XIX y comienzos del XX, la investigación antropológica llevada a cabo en España fue muy escasa.
Nacimiento de la Criminología en España
La Criminología que se desarrolló en España, al igual que en otros países de nuestro ámbito sociocultural, es heredera de la tradición positivista, marcando así sus orígenes.
La Criminología surge en España del interés conjunto por el delito y la pena, impulsado por correcionalistas, penitenciaristas y la polémica generada por el positivismo.
Su nacimiento se produce cuando todas estas tradiciones coinciden en España en la escuela criminológica, con una orientación más docente que investigadora.
El empuje decisivo, sin embargo, lo daría la tradición krausista y sus seguidores.
Por este motivo, la Criminología ha constituido un campo de batalla político, siendo los grupos más izquierdistas decisivos en su defensa durante sus primeras etapas.
Tuvo notable influencia la Institución Libre de Enseñanza, a través de figuras como Giner de los Ríos y su amigo Bernardo de Quirós, quien también perteneció a ella. Salillas también estuvo relacionado con la institución por su amistad con Giner de los Ríos y Dorado Montero.
La creación de la Escuela de Criminología se materializó con el Decreto de 12 de marzo de 1903, dictado por el ministro Eduardo Dato.