Que es literariedad

DEFINICIÓN DE LA LITERATURA

  • LA LITERARIEDAD. INSTITUCIONALIZACIÓN


Para definir la literariedad hay que referirse a las condiciones imperantes en una época específica. Depende de la consideración de cada época de lo que es la literariedad; depende de las necesidades y contexto de esa época y población. Sólo así sería posible abordar problemas como el de aquellas obras que sin haber sido escritas con una intencionalidad literaria acaban siendo leídas  como literatura. Es el caso de Las etimologías de San Isidro, inicialmente fue un manual de retórica, un manual de letras para los estudiantes. Ahora se lee con intención literaria. También podemos nombrar El diario de Ana Frank o Cartas de Lorca.

La literariedad queda refluida en cada época cultural y el único sistema es el del gusto del destinatario. Un texto será literatura si es recibido como literatura dentro de una comunidad de lectores. Ni las intenciones del autor ni las características del texto valen para calificar una obra literaria. En este sentido hay que nombrar el libro de Jauss La literatura como provocación y su concepto de “Horizonte de expectativas” que es el paradigma de la que se considera arte o literatura en cada época.

Las teorías estéticas no son eternas, universales e inmutables, como decía Platón, si no que son históricos y cambiantes y refleja una decisión inductiva. El público llega sustituir con su lectura al emisor, así la función del lector es fundamental, a él corresponde el juicio de la literariedad y no al crítico. La literariedad no es una noción que pueda extraerse de las propiedades intrínsecas de la obra. Es un juicio sometido a la relatividad del momento histórico-social, en el que la comunidad define e identifica como literario un conjunto arbitrario de textos. Un texto será literario sólo si existe un público dispuesto a reconocerlo como tal y competente para ello.
La literariedad resulta, pues, una consecuencia del funcionamiento social de los textos. ¿Quién es entonces la comunidad interpretativa? No se sabe.

Entonces, ¿QUÉ PAPEL TIENE EL CRÍTICO?

CRÍTICA E INTERPRETACIÓN

El crítico es un mediador que tiene la tarea de orientar al público tanto con sus juicios como con sus interpretaciones. La crítica no tiene sólo la finalidad de ofrecernos análisis e interpretaciones de las obras, si no, que el fin último es introducir la obra en el Canon; e insertarla en la cadena de la tradición. La crítica no es objetiva: valora la obra y , dando un paso más, la legitima (o deslegitima) en un proceso a través del cual se lo atribuye un valor artístico que puede llegara convertirse en objeto de enseñanza. Entonces, ante el concepto de institucionalización de la obra hay voces que piden una ética de la interpretación. Es el caso de Gadamer (estética de la recepción). Gadamer entiende que el receptor debe despojarse de su subjetividad individual y asumir una subjetividad histórica. Gadamer dice que la crítica debe rencontrar su historicidad (ser consciente de la época histórica en la que se encuentra). La crítica debe ser un diálogo entre dos horizontes históricos que se funden en un tercer horizonte común, en el que ninguno de los dos interlocutores se impone al otro. El receptor saldrá modificado de ese diálogo y la obra pervivirá a través de él. Esto es lo que Gadamer llama “fusión de horizontes”, dos mundos que se unen en un horizonte común. Con esto quiere decir que existe un dialogo con el texto, pero no yo, si no mi época.

LA DICOTOMÍA. “LENGUAJE LITERARIO”/ “LENGUAJE NO LITERARIO”. La literariedad


A principios del siglo XX los estudios literarios persiguieron un afán de objetividad y cientificidad. De acuerdo con la cronología, la primera corriente del método formal es la del formalismo ruso.

Una larga tradición de estudios ha tenido como objetivo principal la búsqueda de la literariedad, es decir, la búsqueda de propiedades lingüísticas que hicieron de un texto dado, una obra literaria. La teoría del método formal fue la primera que planteó el problema de la definición sistematizada de la lengua literaria.

Hacia 1916 los formalistas rusos y desde 1925 la escuela de Praga se centraron en dar especificidad a la ciencia de la literatura contraponiendo el “lenguaje poético” y el “lenguaje práctico”.

La lengua poética se caracteriza por una desviación intencional y sistemática de la lengua estándar.

El formalismo ruso define el lenguaje literario en términos de desviación de la lengua estándar dando, dando origen a la llamada teoría desviacionista. Esto da origen a uno de los conceptos con más éxito en las teorías críticas del siglo XX. Esta noción ha tenido mérito de poner el énfasis en la obra literaria como “artificio lingüístico puro” que produce una des- automatización del mensaje y de la percepción del texto.

El interés se centra, por tanto en la construcción del mensaje en sus procedimientos formales y estructurales y en la figura del emisor y no en la figura del emisor ni en la interpretación de los textos.