Tipográfia tipo tampon

LA TIPOGRAFÍA

Existen dos tipos de definiciones: una reduccionista —se centra específicamente en el estudio del tipo— y otra generalista —abarca todas las artes que engloban la creación de un libro—.

DEFINICIONES REDUCCIONISTAS

General: el uso del tipo entendiendo estos como piezas de metal independientes, móviles y reutilizables; y que cada una de ellas tiene la forma de una letra realzada en la parte superior.

Jesús Zorrilla: el estudio de las distintas categorías de letras, familias y recursos tipográficos así como su incidencia en la legibilidad.

José Martínes de Sousa:

– Se muestra como un procedimiento de impresión con formas y moldes cuyos motivos impresores están en relieve. (No incluye las planchas actuales).

– El arte de imprimir mediante tipos móviles o con planchas de diversos materiales fundidos o grabados en relieve para reproducir lo escrito mediante caracteres. (Se fija en los conceptos actuales).

Stanley Morrison (creador de la tipografía Times para este mismo diario en 1932): el arte de disponer correctamente el material de imprimir, de acuerdo con el propósito específico de colocar las letras, repartir el espacio y organizar los tipos con vistas a prestar al lector la máxima ayuda para la compresión del texto. (Incidencia en el concepto de legibilidad).

DEFINICIONES GENERALISTAS

José Martínez de Sousa: todas las partes, operaciones y sistemas que intervienen en la concepción de un libro (función de caracteres, ilustración, etc).

PARTES QUE COMPONEN EL TIPO

Los nombres que se dan a cada parte de la letra no son unánimes. Pero los diccionarios más habituales incluyen los siguientes términos para referirse a las partes del tipo:

Altura de las mayúsculas: altura tomada desde la línea base de la tipografía hasta la parte superior de las mayúsculas.

Altura X: altura de la tipografía de caja baja (minúsculas) prescindiendo de los rasgos ascendentes y descendentes. También conocida como “altura central”.

Anillo: asta curva cerrada que encierra el blanco interno en letras como la b, la p o la o.

Ascendente: asta de la letra de caja baja que sobresale por encima de la altura X.

– Asta: rasgo principal de la letra, que define su forma esencial. Sin ella no habría letra. El asta consiste en una o más líneas rectas o curvas, cerradas o abiertas, y de distintas formas o grosores. Por lo tanto, dependiendo de dónde se encuentre y de su forma, el asta puede ser:

Ascendente (cuando sobresale por encima del eje X, como en la t o en la b).

Media o central (cuando se corresponde al eje X o altura media, como la n o la m).

Descendente (cuando sobresale por debajo de la altura X, como en la g).

Recta (cuando sigue una misma dirección, como en la l).

Curva (cuando no sigue una misma dirección, como en la g).

Mixta (cuando consta de un asta recta y otra curva, como la b).

Modulada (cuando tiene diferentes espesores en su grosor, como ocurre con las letras romanas antiguas).

Uniforme (cuando mantiene constante el grosor del trazo, como ocurre en las letras de palo seco y en las egipcias).

Barra: rasgo horizontal, que define letras como la A mayúscula o la H mayúscula.

Basa: es una proyección que a veces se ve en la parte inferior de la b o de la g, y que sirve como apoyo a la letra

Blanco interno: el espacio en blanco contenido dentro de un anillo u hojal.

Brazo: parte terminal que se proyecta horizontalmente o hacia arriba, que no está incluida dentro del carácter (como sucede en la L mayúscula).

Cartela: sinónimo de apófige. Trazo curvo o poligonal de conjunción entre el asta y el remate.

Cola: asta oblicua colgante de algunas letras como la r o la k).

Cola curva: asta curva que se apoya sobre la línea de baste en la r o en la k (cuando la cola es curva) o debajo de ella, como la Q mayúscula.

Cuerpo: altura del paralelepípedo metálico en que está montado el carácter, o distancia entre la línea superior e inferior del tipo, comprendiendo los hombros superior e inferior.

Descendente: asta de la letra de caja baja que queda por debajo de la altura X.

Inclinación: ángulo del eje imaginario sugerido por la modulación de espesores de los rasgos de una letra. Puede ser vertical o con distintos grados de inclinación, y tiene gran importancia en la determinación del estilo de los caracteres. Debemos diferenciar la letra cursiva de la letra inclinada:

– Cursiva: tipografía hecha ex profeso por el diseñador para presentar un aspecto inclinado. Es menos legible que la letra redonda, pero más legible que la inclinada.

– Inclinada: letra “torcida” de manera automática con el ordenador, resulta menos legible que la cursiva.

Línea de base: línea sobre la que se apoya la altura X de la tipografía. Si se utiliza un programa de edición, se corresponde con la cuadrícula base del programa. Por debajo estarán las astas descendentes y, por encima, las ascendentes.

Ojal: porción cerrada de la letra “g” que está debajo de la línea base. Si fuera un rasgo abierto se llamaría simplemente “cola”.

Oreja: ápice o pequeño rasgo terminal que a veces se añade al anillo de algunas letras como la “g” o la “o”, o a el asta de otras, como la “r”.

Rebanada u hombro: espacio que queda entre el carácter y el borde del tipo metálico.

Serif (terminal, remate o gracia): trazo terminal de un asta, brazo o cola. Es un resalte ornamental, no indispensable para la definición del carácter. Hay familias tipográficas que carecen de serif. Podría definirse como aquellas partes del asta que sirven de adorno, ornamento y elemento diferenciador de ciertas familias o estilos tipográficos. Puede ser de dos tipos:

Trazos de cabeza (iniciales): afectan a la zona superior.

Trazos de base (de pie): afectan a la zona inferior.

El terminal o serif, dependiendo de su forma, puede ser:

Modulado

Rectilíneo o filiforme

Cuadrangular

Los terminales pueden tener o no el llamado apófige o cartela (palabra derivada de la arquitectura: se trata del elemento de unión entre la base de una columna y el capitel): pequeña línea curva, generalmente de un cuarto de círculo, que une el asta vertical con los terminales.

Vértice: punto exterior de encuentro entre dos trazos, como por ejemplo el superior en la A mayúscula o los dos superiores en la letra, tambien hay otro en su parte central.

Puede ser de dos tipos:

Vértice superior.

Vértice de pie.

COMPARACIÓN DE LAS PRINCIPALES CLASIFICACIONES TIPOLOGICAS     

 FUENTES TIPOGRÁFICAS

A menudo, en la autoedición, los términos “fuente” y “tipografía” se confunden:

Tipografía                                                                                                           

Diseño de caracteres unificados por propiedades visuales uniformes.

Fuente                                                                                                                              

Juego completo de caracteres, en cualquier diseño, cuerpo o estilo. Estos caracteres incluirán tanto letras de caja alta como letras de caja baja, numerales, versalitas, fracciones, ligaduras, puntuación, signos matemáticos, acentos, símbolos monetarios y grafismos (adornos variados y florituras diseñadas para su uso en las fuentes).

Familia tipográfica                                                                                                      

Grupo de tipografías unidas por características similares. Los miembros de cada familia se parecen entre sí, pero tienen rasgos propios que los individualizan (por ejemplo: familia Helvética; miembro, Helvética Narrow). Algunas familias las componen muchos miembros; otras, uno solo o muy pocos.

Series, variedades o clases de tipos                                                             

FACTORES DE LEGIBILIDAD

Para Arnold, la legibilidad es el resultado de un diseño que haga físicamente fácil para el lector consumir grandes cantidades de texto.

Podemos definir la legibilidad como aquella característica que hace que unas pocas palabras salten de la página a la mente del lector. Cuando el lector debe concentrarse en descifrar la tipografía, no puede concentrarse en las ideas expresadas en el texto.

Son nueve los principales factores de legibilidad:

Diseño del tipo                                                                                                   

La tipografía es un mero vehículo para la transmisión de mensajes. Es mejor que no llame la atención sobre sí misma, que sea discreta.

¿Debe ser con o sin serif? Las tipografías con serif son más legibles para nosotros en los textos grandes debido a un factor educacional. Un estudio hecho por Hvistendhal y Kahl sobre la facilidad de lectura de las letras sin serif revela que podemos leer de 7 a 10 palabras más por minuto en tipografías con serif. Si este estudio se hubiera hecho en la Suiza de la Escuela Internacional, es probable que sus resultados se vieran invertidos.

Sin embargo, para estadillos (tablas), estadísticas, etc. que van a usar tipografías muy pequeñas, es más legible, por el contrario, la tipología sin serif: suele tener la altura X mayor que las tipografías con serif. Además, así se consigue un mayor contraste con el texto.

Para los titulares, las letras sin serif tienen más contundencia que las que sí lo tienen, porque todos los rasgos de la letra son más gruesos y uniformes. El resultado final es que todo es más grande.

Para titular informaciones, deben utilizarse, por lo tanto, tipografías de palo seco o egipcias. Pero estos titulares deben diferenciarse claramente de los de las entrevistas o los textos de opinión. De ahí que sea recomendable utilizar otra tipografía (Romana) para estos últimos.

Cuerpo de la letra                                                                                                       

Debe estar en función de otros factores, como la anchura de la columna. En los diarios españoles, el cuerpo suele ser de 9 ó 10 puntos, y las columnas tienen un ancho de 4 a 5 centímetros.

Altura de la letra                                                                                                       

Cuanto mayor sea la altura de la letra, mayor es su legibilidad. Esto es especialmente importante en los textos pequeños.

Las tipografías presentan diferencias muy acusadas en lo que respecta a la altura X. Cojamos, por ejemplo, las tipografías Universe y Bembo: habría que dar a la primera un cuerpo de 9,5 para igualar la altura X con la de una Bembo del 12. Por lo tanto, las diferentes tipografías, a pesar de estar al mismo tamaño, tienen alturas muy diferentes. Y la diferencia irá aumentando cuanto mayor sea el tipo.

Interlineado                                                                                                                   

Cuando hablamos de interlineado nos referimos a la distancia entre la línea base de la línea superior y la de la línea inferior, medida en puntos de cícero.

Nunca hay que poner una interlínea menor que el cuerpo de la tipografía, porque en esos casos ascendentes y descendentes se montan. Normalmente, con el mismo cuero para tipografía e interlínea, se igualan los hombros y aparece un texto compacto. Es mejor que la interlínea sea 2 ó 3 puntos mayor.

Prosa (separación entre las letras)                                                            

Debe ser proporcional a la anchura de las letras.

En las letras P, F, T, W e Y, cuando van seguidas de minúscula, es necesario un espacio negativo o compensación de la letra. En minúscula, al juntar las letras demasiado de forma artificial, el lector puede acabar confundiéndolas, con lo que se pierde legibilidad: al juntarse demasiado la o y la l de la palabra “oliva”, el lector puede acabar leyendo “diva”, por ejemplo. (o + l = d; r + n = m).

Anchura de la columna                                                                                    

Hay que tener en cuenta dos factores a la hora de determinarla:

– El cuerpo de la letra.

– La separación entre caracteres.

Al elegir una anchura de columna en función de estos factores, el objetivo que se persigue es que la lectura del texto resulte ágil y fluida. Si hay muchas palabras partidas porque la columna es demasiado estrecha, el lector se cansará, porque tiene que saltar continuamente de línea. Pero, si las columnas son muy anchas, el lector también se perderá, ya que le resultará difícil encontrar el comienzo de las líneas.

– La anchura óptima de la columna puede calcularse multiplicando por 1,5 la longitud de la caja baja del alfabeto elegido (O = LCA X 1,5).

– La anchura mínima puede calcularse restándole un 25% a la óptima (Mn = O – 25%).

– La anchura máxima puede calcularse multiplicando por dos la mínima (Mx = Mn X 2).

Estas fórmulas fueron establecidas por Arnold y diseñadas para el alfabeto anglosajón americano. Habrá que tener en cuenta las diferencias que presenta nuestro alfabeto con respecto al inglés (por ejemplo, las palabras suelen ser más largas en la lengua castellana que en la inglesa, etc.).

La anchura mínima de las columnas para textos en castellano puede calcularse según el cuerpo en cíceros (Mn = Cuerpo en cíceros). Para un texto de 9 cíceros, lo ideal sería una anchura de 4 ó 5 centímetros. De hecho, la anchura que utilizan los diarios españoles oscila entre los 4 y los 5 centímetros (El Diario Vasco, por ejemplo, tiene una anchura de columna de 4,7 centímetros).

Tipo de composición del texto                                                                      

Hay cuatro tipos de composición:

– Justificado a ambos lados.

– Justificado a la izquierda (texto en bandera a la derecha).

– Justificado a la derecha (texto en bandera a la izquierda).

– Centrado al eje (texto en bandera a ambos lados).

El grado de legibilidad de cada uno de ellos es diferente:

Textos justificado a ambos lados:

Es el sistema más empleado por los periódicos, ya que transmite una gran sensación de orden y de seriedad. Un texto en bandera siempre parece más desordenado. Se trata de una composición muy legible, porque el ojo tiene dos referencias espaciales claras. Sabe perfectamente dónde empieza y dónde acaba cada línea, con lo que es muy difícil que se pierda.

Para conseguir esta justificación, el programa informático utiliza la partición y la justificación de palabras (P&J). Así, cuando es necesario separa más las letras para que ocupen toda una línea, o parte la palabra con un guión y la continúa en la siguiente línea. Al determinar la P&J estamos diciendo al ordenador cuándo queremos que se partan las palabras, y cómo.

Hay unas normas básicas para determinar los criterios de partición y justificación:

– Debe dejarse un mínimo de dos caracteres a ambos lados del guión.

– Las cifras (números) no deben partirse.

– No es conveniente partir más de tres palabras seguidas (no es bueno que aparezcan más de tres guiones consecutivos).

– Deben seguirse las normas ortográficas del idioma en el que estemos escribiendo.

– Hay que evitar dividir las direcciones electrónicas: el guión de la partición puede confundirse con un guión propio de la partición. Para evitar que esto suceda, se puede utilizar una tipografía más pequeña, en cursiva, con caja estrecha y ojo fino para las direcciones electrónicas. Esto requiere crear una hoja de carácter particular.

Textos justificados a la izquierda:

Cuando la anchura de la columna es tan reducida que nos obliga a hacer muchas particiones, es mejor optar por la justificación a la izquierda.

La justificación a la izquierda también es muy legible, tanto como la justificación a dos lados: el lector cuenta con un punto de referencia espacial clara (el comienzo de la letra). Además, los blancos entre palabras son mucho más equilibrados que en la justificación a ambos lados.

La justificación a la izquierda da una sensación de dinamismo, de informalidad. De ahí que a menudo sea utilizada para las publicaciones juveniles.

Textos justificados a la derecha:

Resultan mucho menos legibles que con las modalidades de composición anteriores. El lector es capaz de detectar claramente el final de la línea siempre, pero no así el principio. Pierde un tiempo importante buscándolo, y esta molestia puede llevarle incluso a perder interés por el texto.

Sin embargo, no podemos afirmar que la justificación a la derecha sea una mala opción en todos los casos. Puede ser útil, por ejemplo, para un pie de foto, para un estadillo o para un sumario. Especialmente en el caso de una tabla en la que varios textos deben ir pegados a una línea situada a su derecha.

Texto centrado en el eje:

Es el menos legible, dado que no hay ninguna referencia visual del comienzo o el final de la línea. Cuando se trata de un texto grande, no es recomendable utilizar este tipo de composición. Pero, nuevamente, no podemos afirmar que siempre sea una mala opción. De hecho, puede venir muy bien para textos pequeños.

 Variantes tipográficas                                                                                   

Mayúsculas y minúsculas:

Las minúsculas son mucho más legibles. Los trazos ascendentes y descendentes dan mayor legibilidad a las letras, ya que hacen que unas sean más diferentes de las otras. No es cierto que la mayúscula sea más clara, como a menudo suele afirmarse: esto sólo sucede cuando escribimos a mano.

La velocidad de lectura en los textos compuestos con mayúsculas se reduce en un 13%. Las mayúsculas sólo deben utilizarse para los textos extremadamente breves: cintillo, sección, etc. Para los titulares y sobre todo para los textos brutos, es más recomendable el sistema dual.

Redonda y cursiva:

La letra redonda es más legible: leemos 15 palabras más por minuto que en un texto en cursiva. Es importante tener esto en cuenta a la hora de redactar textos en varios idiomas. A menudo, los diseñadores han optado por poner un idioma en letra redonda y el otro en cursiva: esto es claramente discriminatorio hacia la lengua que se ve relegada a la cursiva. Es más recomendable emplear distintas tipografías, todas ellas en redonda.

La cursiva debe reducirse a textos breves: títulos de películas y libros, nombres de periódicos y revistas (cuando se citan en un texto, no se refiere a la cabecera), etc. Arnold defendía la tesis de que no hay que escribir más de 300 palabras seguidas en cursiva.

Por otro lado, es importante señalar que, cuando se quiere emplear la cursiva, hay que recurrir a una tipografía ya diseñada de esa forma, y no a una inclinada artificialmente. La tipografía diseñada cursiva ex profeso es más legible que la torcida por el ordenador.

Fina, semi-negra y negra:

Las tipografías semi-negras son las más legibles.

En cuanto a las tipografías negras —sobre todo si es Romana Moderna—, se pueden perder las partes más estrechas del asta debido a una mala impresión; con lo que la letra pierde mucha legibilidad.

En definitiva, el estilo más adecuado es el de Palo Seco, con astas de grosor uniforme; más aún  cuando se va a utilizar  como tipografía de salto.

La negrita es menos legible. Por ello, es mejor elegir una negrita diseñada como tal, que hacer la letra negrita con el ordenador de una tipografía cualquiera.

La tipografía de seguido (o tipografía de “dedo” y la tipografía de salto:

Mario Gracía, diseñador de Wall Street Journal y del periódico Liberation, entre otros periódicos, revistas, y webs distingue dos tipografías:

Tipografía de salto: es aquella en la que el lector va saltando en su lectura. Por ejemplo, es lo que sucede en las páginas de economía de periódicos, y en general, cuando se da una tabla o estadillo. Estaríamos hablando de una tipografía de Palo Seco en tinta o semi-tinta que ocupa menos espacio; asunto que interesa al periódico y  no tanto al lector del mismo.

Tipografía de seguido (de “dedo”): estaríamos refiriéndonos a una tipografía Romana Antigua en semi-negra.

 Otros factores que influyen en la legibilidad:

Impresión:

La impresión es fundamental a la hora de transmitir el mensaje. Una mala impresión puede hacer que un buen diseño fracase. Hay que tener en cuenta las condiciones en las que se va a imprimir el texto: por ejemplo, si se va a fotocopiar un texto, muchas veces es mejor no utilizar una Romana Moderna ya que las palabras estrechas se eliminan. Elegir, en cambio, letras sin sherif o egipcias puede ser una buena opción. 

La calidad del papel: (gramaje, grosor, textura, tipos o especialidad y color):

Gramaje: si se utiliza un papel muy fino (“Biblia”) y una tipografía en negrita, es probable que la impresión de un lado haga ilegible el otro lado. No obstante, el gramaje no es algo decisivo.

Textura: un papel, por ejemplo, que imita al artesanal y que tiene diferentes colores y texturas, requiere una larga reflexión sobre el tipo de tipografía que se va a elegir.

Color: el uso de papel de color incide en la elección tipográfica. Por ejemplo, el papel de color salmón de los periódicos económicos hace necesario utilizar una tipografía ligeramente más gruesa (una escala más de lo que generalmente se utiliza para el papel blanco).

Negativos y tramas:

Negativo: texto blanco sobre fondo negro. Es muy poco legible y cansa mucho. A veces puede ser necesario: por ejemplo, para transmitir sensación  de luto. Es recomendable utilizar una fuente un poco más gruesa y evitar las tipografías con serif o moduladas ya que las zonas más finas de la letra se pierden por un efecto óptico. Por ello, lo mejor es utilizar fuentes de Palo Seco.

Tramas: si la letra no es negra 100%, el contraste se nota menos cuanto más baja sea la trama. Y si esto ocurre, menor es la legibilidad. La trama va del 1% al 100%, pero su plasmación en realidad depende mucho del incremento de punto que tenga la imprenta en la que se imprime el texto. La porosidad hace que haya un incremento de punto, porque el punto “revienta”.

Trama de negro:

Hasta 40%: el texto puede ir en negro o blanco

Después del 40% – 90%: el texto debe ir en blanco.

Trama de color: hay que ver el contraste entre el fondo y el texto, y procurar que ese contraste sea lo mayor posible. También hemos de tener en cuenta que cuando los colores son más parecidos, merma la legibilidad.

NORMAS TIPOGRÁFICAS PARA UNA CORRECTA LEGIBILIDAD (Rob Carter)

Elección de la fuente                                                                                             

Hay que elegirla entre los diseños clásicos, ya probados hasta la saciedad. Un buen diseñador no es aquel que cuenta con muchas tipografías y muy raras, sino el que juega con unas pocas, pero de probada legibilidad.

En su libro “Los especimenes tipográficos: Los grandes tipos de letras”, Carter recoge las 38 fuentes consideradas clásicas o eternas en una encuesta realizada a los cien mejores diseñadores actuales. Las 18 tipografías más representativas (todas ellas familias muy amplias) son las siguientes:

Baskerville

Bembo

Bodoni

Caslon

Centaur

Franklin Gothic

Frutiger

Futura

Garamond

Gill Sans

Goudy Old Style

Helvética

News Gothic

Palatino

Perpetua

Sabon

Times New Roman

Univers

La elección de las fuentes es fundamental. Acertar en la fuente principal del texto es lo más importante. Por muy bien que se presente el texto, si la fuente es poco legible, el lector se cansará rápidamente y lo abandonará.

Número de fuentes                                                                                                   

No hay que usar demasiadas fuentes distintas a la vez. La única justificación posible para usar más de una fuente es la necesidad de diferenciar textos.

Fuentes similares                                                                                                     

No hay que utilizar fuentes parecidas cuando se quieren diferenciar dos textos: es mucho mejor recurrir a dos fuentes radicalmente distintas: con serif o sin serif. En ocasiones, es más recomendable utilizar la cursiva o la negrita de una misma familia.

Empleo de mayúscula                                                                                              

Las mayúsculas entorpecen en un 13% la lectura. Hay que escribir en caja alta y caja baja (sistema dual) y relegar las mayúsculas a textos muy breves, como un cintillo o un ladillo. Por lo tanto, no es recomendable poner los titulares en mayúsculas, especialmente si tenemos en cuenta que son lo único en que se fija el lector común, el lector “escaneador”.

El cuerpo de las fuentes                                                                

Hay que recurrir a los cuerpos con una facilidad de lectura demostrada. El cuerpo tiene que guardar relación con el ancho de la columna. Así, un cuerpo muy grande (teóricamente muy legible) se convierte en poco legible en una columna estrecha, porque obliga al lector a saltar constantemente de línea.

Para las columnas habituales en la prensa, y para la distancia de lectura normal (30-35 centímetros entre el lector y el papel) es recomendable emplear la horquilla que va de ocho a doce puntos. En las tipografías de palo seco es mejor inclinarse hacia los ocho puntos; mientras que, en las romanas, el tamaño ideal es de unos 9 ó 10 (en el Diario Vasco se utiliza una letra de 9,7 puntos).

Cuerpos y grosores distintos                                                                               

No hay que utilizar muchos cuerpos y grosores en un mismo texto. Lo mejor es recurrir sólo a los imprescindibles para distinguir los elementos del texto (titular, subtítulo, ladillo, sumario, etc.). Se lleva mucho el jugar con cuerpos y grosores dentro del titular, dando un mayor tamaño o mancha a la palabra que se quiere destacar. Esto es lícito y viene bien para ilustrar la página, especialmente cuando no lleva fotografía.

El GROSOR de la fuente                                                                           

El grosor medio es el más adecuado:

Fuentes finas: pierden legibilidad (el asta fina se difumina).

Fuentes negras: también pierden legibilidad (el asta gruesa se puede llegar a mezclar).

La anchura de la fuente                                                                                         

La anchura media es la más recomendable. Para el texto puro es mejor utilizar la “tipografía cero”, con una anchura y un grosor normales. En todo caso, si se va a utilizar una tipografía ancha o fina, siempre hay que recurrir a las versiones ya diseñadas como tales.

Aunque pueda parecer contradictorio, cuando empleamos tipografía con el ojo fino, la legibilidad aumenta si aumentamos el trakc (espacio entre caracteres). Si, por el contrario, utilizamos una tipografía de ojo ancho, la legibilidad aumenta si reducimos el track. Pero siempre estamos hablando de un aumento o una reducción muy pequeños (2% o –2%).

Espacio entre letras y entre palabras                                                              

Debe ser coherente, para dar una sensación de continuidad, de manera que palabras y líneas “fluyan”. Si aumentamos la separación entre letras, habrá que aumentar el espacio entre palabras. De lo contrario, puede llegar a haber más espacio entre letras de la misma palabra que entre dos palabras. Y, si reducimos el espacio entre letras, habrá que hacer lo mismo con el espacio entre palabras.

Anchura  de la línea o de la columna                                                                  

Las líneas o columnas no deben ser ni muy largas ni muy cortas. Según Carter, el ancho de columna debe ser tal que permita un máximo de 70 caracteres (10-12 palabras).

Interlineado                                                                                                              

Si juntamos mucho las líneas o las separamos demasiado, se pierde legibilidad. Si se hace una interlínea menor que la compacta (aquella en la que el tamaño del cuerpo es igual al tamaño de la interlínea) se pierde legibilidad porque las líneas se superponen. Si se emplea una interlínea demasiado grande, la transición de una línea a otra se dificulta, con lo que el lector se cansa antes.

La interlínea perfecta es de 1 a 4 puntos mayor que el tamaño del cuerpo (en los textos puros). Así, un cuerpo del 9 requiere una interlínea del 10 ó del 13. En los cuerpos menores, esta horquilla puede aumentar. Por otro lado, cuanto mayor sea la altura del cuerpo X, mayor debe ser el interlineado.

Finales de línea                                                                                                       

Hay que lograr que sean coherentes, procurando que no se diferencien demasiado. Si se crean formas extrañas o contornos, si las líneas son demasiado cortas y demasiado largas o si crean una pauta repetitiva y predecible, estamos ante malos finales de líneas.

Líneas viudas y huérfanas                                                                                           

Las líneas viudas son las líneas cortas, palabras o sílabas que corresponden al final de un párrafo y que aparecen sueltas al principio de una nueva columna o página. Las líneas huérfanas son las líneas iniciales de párrafo, que quedan al final de una página o columna.

Hay que evitarlas, rediseñando el texto.