Fundamentos de la Gestión Empresarial: Escuelas Clásicas de la Administración

Fundamentos de la Gestión Empresarial: Las Escuelas Clásicas de la Administración

En este bloque se encuentran las denominadas escuelas clásicas de la administración, surgidas en el primer tercio del siglo XX. Estas escuelas tienen como denominador común el concepto de empresa como un sistema racional, al no contemplar la influencia del entorno. Dentro de este modelo, se pueden distinguir cuatro enfoques principales:

1. La Dirección Científica del Trabajo (Frederick Taylor)

Esta escuela se basa en una profunda división del trabajo y en la consiguiente especialización de los trabajadores en tareas concretas, dividiendo las tareas al máximo posible para así poder optimizar la transformación de inputs en outputs. Para determinar los procedimientos que generan el máximo resultado con el mínimo consumo, Taylor creó los denominados estudios de métodos y tiempos. El objetivo era conseguir rapidez y eficacia, produciendo lo máximo en el menor tiempo posible.

Además, Taylor empleó un sistema de incentivos económicos adecuados, realizó una selección rigurosa de los operarios más idóneos para cada tarea y separó las funciones de ejecución y control. Todo esto con el fin de optimizar la producción al máximo posible.

2. La Escuela del Proceso Administrativo (Henri Fayol)

Mientras Taylor centró su estudio en el núcleo de operaciones, Fayol dirigió su atención a los altos mandos, considerando la administración como una habilidad que se adquiere a través de la formación. Por primera vez, se concibe la dirección de empresas como una profesión.

Fayol dividió la actividad empresarial en seis funciones básicas:

Técnica: Dirigir la producción y fabricación.
Comercial: Dirigir las ventas y la logística.
Financiera: Búsqueda y gestión de capitales.
Seguridad: Protección de bienes y personas.
Contable: Registro y control financiero.
Administrativa: Que engloba otras cinco funciones:
- Planificación
- Organización
- Dirección
- Coordinación
- Control

Fayol también estableció una lista que recoge los “14 principios generales de la administración”, que deberían servir de referencia para la realización de esta función. Estos principios incluyen: división del trabajo, autoridad, disciplina, jerarquía, orden, iniciativa, etc.

Fayol coincidía con Taylor en considerar que la motivación principal de las personas era la economía, y también centró sus trabajos en métodos científicos. La principal crítica que recibe esta teoría se basa en los problemas de aplicabilidad de estos 14 principios en todas las situaciones.

3. La Teoría Burocrática (Max Weber)

Esta teoría se centra en los procesos que llevan a cabo las empresas. Propone una organización racional, compleja e ideal, con una superioridad técnica sobre cualquier otra. Se erige como el instrumento más efectivo para la administración de las grandes organizaciones propias de una sociedad industrial.

La aportación más importante de esta escuela es el propio concepto de “burocracia”, que distingue entre poder y autoridad. Las características atribuidas a este modelo son:

Responsabilidad específica: Debido a la especialización y división del trabajo, cada trabajador tiene una lista clara de actividades a desempeñar.
Sistema de reglas: Existe un conjunto de normas que regulan las acciones y decisiones de los individuos.
Jerarquía: Cada individuo es supervisado por un superior inmediato.
Impersonalidad del puesto: Los métodos de producción y administración corresponden al puesto, sin que puedan ser apropiados por el individuo.
Selección y promoción por cualificación: La selección y promoción del personal es fundamental y se basa en la cualificación.
Relaciones formales e impersonales: Las conductas y relaciones entre los miembros son formales e impersonales.

Entre las aportaciones de esta escuela se encuentran la racionalización, la eficiencia y la productividad. Sin embargo, también cuenta con efectos menos deseados como la desmotivación, la rutina y la rigidez.

4. La Escuela Matemática (Investigación de Operaciones)

Las aportaciones de esta escuela van encaminadas a la toma de decisiones o al diseño de planes óptimos. Dentro de este enfoque, se agrupan un conjunto de trabajos tanto teóricos como empíricos. Los decisores actúan en ambientes de certeza o de riesgo, y su conducta resulta maximizadora.

De ello cabe deducir que el proceso de toma de decisiones, los distintos ambientes en los que las decisiones son tomadas y los métodos mediante los cuales una decisión es tomada, son aspectos fundamentales a considerar.

Las críticas de este enfoque van dirigidas a su carácter fundamentalmente cuantitativo y a su limitación a un número reducido de áreas de la empresa, con la correspondiente pérdida de visión global.