Fundamentos del Ser Humano en la Educación: Principios y Competencias Clave
El Ser Humano como Fundamento de la Educación
Tras reflexionar sobre el hecho educativo, debemos plantearnos cuáles son las constantes que dirigen y fundamentan toda acción educativa. En la introducción de la Ley Orgánica de Educación se manifiesta de forma clara que la educación es la clave para el bienestar individual y colectivo en toda sociedad democrática.
1. Principios Fundamentales de la Acción Educativa
Hemos definido la educación como aquella actividad dirigida a la optimización de las capacidades de la persona. Al realizar esta afirmación, defendemos tanto el desarrollo de todas y cada una de las capacidades específicas del individuo. Todo ser humano posee:
- Dignidad
- Capacidad de actividad intencional y creativa
- Singularidad
- Carácter relacional
- Autonomía para elegir y dirigir su propia vida
De este modo, toda acción educativa se desarrolla siempre en base a unos principios que dirigen, regulan, dan sentido, respuesta y coherencia a dicha acción. Principios que expresan los rasgos que caracterizan a todo ser humano como persona. Si analizamos la definición de educación que hemos propuesto, resalta de forma clara que individualización y socialización son los dos principios claves que justifican toda la acción educativa, al dirigirse ambos de forma conjunta y coordinada al desarrollo positivo de cada individuo. El perfeccionamiento equilibrado de ambas dimensiones es el que hace posible la autonomía de todo individuo, ya que el fin de la educación es formar personas autónomas, capaces de dirigir su propia conducta, de responder de sus decisiones y de actuar de forma responsable en la comunidad en la que viven.
2. Análisis de Principios Clave en la Educación
2.1. Individualización
La individualización se basa en la constitución biológica de los individuos y en reconocernos como semejantes a los otros, con quienes podemos comunicarnos y compartir vivencias. Aunque fisiológicamente somos iguales, detectamos que, desde la misma estructura celular hasta los más complejos órganos y funciones, somos diferentes unos de otros. Estas diferencias son más consistentes cuando se trata de individuos en distintas etapas de su desarrollo. Nos alegramos o entristecemos de forma distinta. Se trata de que, actuando simultáneamente sobre un grupo de educandos, independientemente de su edad, se centre la acción educativa en una atención individualizada, cifrada en objetivos, contenidos, motivación, recursos, métodos y actividades.
2.2. Socialización
El ser humano vive en comunidad y necesita de los otros tanto para su propia supervivencia y la del grupo, como para alcanzar el desarrollo pleno de todas sus capacidades. Reclama a otros para crecer como persona, para desarrollar todas y cada una de sus capacidades de forma integrada y, a partir de ellas, participar en la consolidación y desarrollo de la sociedad en la que vive. Cada sociedad ha establecido las coordenadas educativas que determinan el desarrollo de cada individuo. No es posible comprender adecuadamente la naturaleza humana hasta que no se ha comprendido, de alguna manera, el significado de las tradiciones culturales en las que vive y de las que parte. Consecuentemente, la existencia humana se halla siempre involucrada en la perspectiva cultural, convirtiéndose, lógicamente, en un factor decisivo para llevar a cabo toda tarea educativa. Las comunidades modernas nos convierten en seres cada vez más dependientes unos de otros. Por otra parte, no debemos olvidar que la educación se realiza habitualmente en la escuela, institución surgida de y en la sociedad.
2.3. Autonomía
Preferimos hablar de madurez, más que de autonomía, porque posee un significado dinámico, un proceso en el que los factores educativos, psicológicos, biológicos, etc., están estrechamente unidos. Este proceso se presenta como una tarea que nunca tendrá fin, en la que cada individuo tendrá que velar constantemente por vivir de forma autónoma en su actuar y en su ser, en las distintas etapas vitales. El ser humano debe hacerse a sí mismo, superando cualquier injerencia o delimitación en su libre actuar. Cada educando deberá ir adquiriendo grados progresivos de autonomía conforme su desarrollo madurativo y experiencias lo aconsejen, de manera que se vaya desprendiendo paulatinamente de la tutela de un educador adulto y sea capaz de plantear su propio proyecto de vida, sabiendo llevarlo a cabo y responsabilizándose de él.
2.4. Actividad
No se concibe una educación actual que no se lleve a cabo a partir de la actividad de cada uno de sus actores. En primer lugar, del que aprende; es decir, una actividad no centrada en el educador, sino en la propia acción del educando. Todo ser humano está en constante actividad, ya sea psíquica o física. Sin embargo, lo que interesa como principio educativo es que esa actividad sea formativa, tenga un sentido y esté planificada hacia el logro de un objetivo que le ayude a obtener o mejorar una competencia. En definitiva, se dirige a convertir todos los actos del ser humano en verdaderos actos humanos, en el sentido de que se llevan a cabo con conocimiento y elección personal.
2.5. Creatividad
Lo esencial de este principio estriba en la capacidad de transformar de forma personal la realidad que nos rodea, gracias a los elementos y a los conocimientos que cada uno posee. «Lo creativo lleva siempre el sello de algo personal. La creatividad comienza con el modo de percibir el medio y se consuma en la transacción o transformación de este». Es una disposición personal ante la vida, en la que el individuo está dotando a todas sus acciones e ideas de un acento personal.
2.6. Participación
La participación es uno de los principios que más auge ha tenido en las últimas décadas. Participar es tomar parte en algo, colaborar, cooperar con otros para hacer algo en común o lograr unas determinadas metas. Implica trabajar juntos, responsabilizándose cada uno de algo concreto para el logro del bien común. Conlleva una necesaria puesta en común de intereses y objetivos, que son los que van a consolidar precisamente esa comunidad. La participación es un principio clave de la educación, un modo de actuar y una forma de entender al ser humano y los fines de la educación que deben plantearse.
3. La Formación en Competencias Clave para el Aprendizaje a lo Largo de la Vida
Cada individuo debe elaborar a lo largo de su vida su propio conocimiento a partir de la información que los diferentes medios le aportan. También es necesaria la utilidad de toda competencia para la adaptación a cualquier contexto, especialmente el laboral, por lo que deberá ser siempre un aprendizaje polivalente y flexible. O aquellos logros formativos que toda persona debe alcanzar para poder realizarse y participar activamente en la sociedad, ser capaz de aprender a lo largo de la vida y estar preparada para las demandas cambiantes que presenta la sociedad del conocimiento en la que vivimos. Un factor esencial que destaca cuando se aborda el concepto de competencia es que ésta no es el resultado del aprendizaje de un solo elemento, sino la conjunción de varios aspectos, tanto personales como relativos a un contexto. Por ello, están dirigidas siempre al logro de unos resultados útiles en un contexto determinado, pero teniendo en cuenta que cada escenario siempre está inmerso en un proceso de cambio, por lo que cada uno, de forma permanente, estará inmerso necesariamente en un proceso de formación. Saber hacer, conjunto de habilidades y destrezas cognitivas, emocionales, sociales o procedimentales que permiten aplicar el conocimiento que se posee. Ahora bien, el dominio de estas competencias implica la superación de una serie de niveles de logro. En un nivel básico, en la medida en que el educando posee el conocimiento elemental y necesario para desarrollar esa habilidad. En un nivel intermedio, en el que es capaz de aplicar ese conocimiento o destreza en diferentes situaciones. Así, resulta evidente que la formación basada en competencias proporciona una mayor versatilidad al aprendizaje, idóneo para los contextos en los que todo ciudadano interactúa ahora y en el futuro, dotándole de la necesaria flexibilidad que exige una formación a lo largo de la vida para saber responder a cada situación.