Teoría X vs Teoría Y: Comprendiendo los Modelos de Gestión

Teoría X y Teoría Y de Douglas McGregor

Las Teorías X e Y, propuestas por Douglas McGregor, representan dos conjuntos de supuestos contrapuestos sobre la naturaleza humana y el comportamiento de los empleados en el entorno laboral. Estos supuestos influyen directamente en los estilos de gestión y liderazgo adoptados por las organizaciones.

Características de la Teoría X

La Teoría X se basa en una visión pesimista del trabajador promedio, asumiendo que:

  1. A los seres humanos no les gusta el trabajo y siempre que pueden lo evitan.
  2. Todas las organizaciones tienen objetivos. Las personas que trabajan en las organizaciones tienen que ser obligadas, controladas y hasta amenazadas con sanciones para que orienten sus esfuerzos hacia el logro de esos objetivos.
  3. En general, las personas prefieren ser dirigidas que dirigir.
  4. Las personas evitan las responsabilidades.
  5. Las personas promedio tienen pocas ambiciones.
  6. Las personas se preocupan, sobre todo, por la seguridad y el bienestar propios.

Características de la Teoría Y

La Teoría Y, por el contrario, presenta una visión más optimista y positiva del trabajador, postulando que:

  1. El trabajo puede ser una fuente de satisfacción o de sufrimiento, de acuerdo con las condiciones.
  2. El control externo y las amenazas con sanciones no son los únicos medios para estimular y dirigir los esfuerzos. Las personas pueden tener autocontrol y tomar la dirección de sí mismas en cuanto estén convencidas y se sientan comprometidas.
  3. Las recompensas por el trabajo están relacionadas con los compromisos asumidos.
  4. Las personas pueden aprender a aceptar y asumir responsabilidades.
  5. La imaginación, la creatividad y el ingenio se encuentran con facilidad en las personas.
  6. El potencial intelectual del ser humano promedio está aún lejos de ser utilizado en su totalidad.

Aplicación de la Teoría Y en la Administración

La Teoría Y se refiere a un estilo de administración participativo y democrático basado en valores humanos. Algunas de sus aplicaciones prácticas incluyen:

1. Descentralización y Delegación

Consiste en delegar decisiones a los niveles más bajos de la organización, con el fin de hacer que todas las personas se involucren más en sus actividades, tracen los caminos que juzguen mejores y asuman la responsabilidad de las consecuencias. Esto permite satisfacer necesidades individuales más elevadas relacionadas con la autorrealización personal.

2. Ampliación del Puesto y Mayor Significado del Trabajo

La reorganización o rediseño y la ampliación del puesto aportan a las personas actividades adicionales, con ello provocan la innovación y motivan la aceptación de responsabilidad en la base de la pirámide organizacional. Así, se proporcionan oportunidades de satisfacción de las necesidades sociales y de autoestima.

3. Participación y Administración Consultiva

La participación en las decisiones que afectan a las personas, así como la consulta con vista a obtener sus opiniones personales, tiene como finalidad motivar a las personas para que dirijan su energía creativa hacia los objetivos de la organización. Esto proporciona oportunidades significativas para la satisfacción de las necesidades sociales y de estima.

4. Autoevaluación del Desempeño

Los programas tradicionales de evaluación del desempeño estaban orientados hacia la concepción tradicional (Teoría X), ya que la mayoría de esos programas tienden a tratar a las personas como si fueran un producto que se inspecciona en la línea de producción. Algunas organizaciones experimentan con éxito la formulación, hecha por las personas, de sus propios objetivos y una autoevaluación periódica de su desempeño en comparación con esos objetivos establecidos. El superior jerárquico tiene una enorme importancia en este proceso, ya que funciona como orientador y estimulador del desempeño futuro y no como juez o inspector del desempeño pasado. Además, las personas se ven motivadas a asumir la responsabilidad de planear y evaluar su contribución al logro de los objetivos de la organización. Y esto tiene efectos positivos en las necesidades de estima y autorrealización.

Si ideas como estas no producen los resultados esperados, puede ser que la administración haya “comprado” la idea, pero la haya aplicado dentro de las concepciones tradicionales de la Teoría X.

El Continuum entre Teoría X y Teoría Y

Actualmente, las Teorías X e Y se consideran como los puntos extremos y antagónicos de un continuo de concepciones que poseen varios grados intermediarios. En otras palabras, entre la Teoría X (autocrática, impositiva y autoritaria) y la Teoría Y (democrática, consultiva y participativa) existen grados continuos y sucesivos.